LO QUE antes era deseable por seguridad y estética, ahora es necesario por salud pública, para evitar en lo posible los botellones y el consiguiente masivo contagio del covid. El cierre nocturno del parque Rosalía de Castro, el Parque por antonomasia de Lugo, es una actuación poco menos que obligada en las presentes circunstancias. Pero no hay que quedarse en un cierre provisional, sino instalar una verja permanente con valor estético, que no solo cumpla una importante función práctica, sino que potencie la belleza de ese espacio y lo preserve de atentados vandálicos. Únicamente el empecinamiento cerril de la Administración —la que corresponda en este caso—explica que tal medida no fuera tomada hace tiempo.
