PEDRO SÁNCHEZ sigue dando vueltas, haciendo que da vueltas, para acabar llegando, con el mayor disimulo posible, al punto de partida. De partida no ya cuando perdió las elecciones generales, sino desde que preparó ad hoc el terreno con los pactos con Podemos de municipales y autonómicas. La única meta, llegar a ser presidente de Gobierno, con quien sea y con quien pueda. O sea, con Podemos. Y también hay que decir que su negativa a hablar con el partido más votado, el que ganó las elecciones que él perdió, es una vergüenza política, democrática y hasta personal. Pero ¿cómo iba a reclamar el perdedor ser presidente si llegase a un pacto con el ganador? Vade retro!
