Opinión

Vacaciones

Por culpa de Sánchez —¡cuántas culpas tiene este hombre!— me estoy quedando sin vacaciones. Porque tener vacaciones es, ante todo, desconectar de lo que durante el período no vacacional nos pesa y fatiga. Y a mí me pesa, fatiga y sulfura Sánchez, que últimamente está omnipresente, con esos encuentros de diseño —todo en él es de diseño, no rasquen buscando otra cosa— con la sociedad civil, qué bien suena. Durante meses de presidente, estuvo lo más oculto posible, más oculto aun que Rajoy, que ya es decir. Claro que son ocultaciones distintas: la de Rajoy era por carácter; la de Sánchez, por estrategia. Y ahora, impidiendo así mis vacaciones, el tío no hace más que aparecer.

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