Opinión

Ser o no ser, esa es la cuestión

A hora en el inglés original: "To be or not to be, that is the question". Permítase, por una vez, titular un artículo de esta serie de Literatura Universal con una frase, en vez de titularlo Literatura inglesa del XVI-XVII: Shakespeare, como le correspondería ortodoxamente. Pero estas palabras de Hamlet son las más célebres de todas las escritas por cualquier autor en cualquier época, así que bien merecen lugar tan destacado. Y si la frase encabeza el ranking mundial de su categoría, pocas dudas hay de que Shakespeare, su autor, encabezaría el de escritores, pese a Cervantes, Dante o algún otro.

William Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon (o Stratford-on-Avon) en 1564. Instalado en Londres, triunfó en el teatro, no solo como autor, sino también como actor, director y empresario, teniendo el Globe Theatre como centro de su actividad. En la cúspide de la fama regresó a Stratford, donde murió el 23 de abril de 1616, la misma fecha de la muerte de Cervantes, pero como en Inglaterra no regía el mismo calendario que en España, en realidad Shakespeare murió unos diez días después.

Sus obras teatrales se pueden clasificar en tres grupos. Tragedias: Romeo y Julieta, Otelo, Macbeth, El rey Lear. Hamlet, Julio César. Dramas de la historia inglesa: Ricardo III, Enrique IV. Comedias: La fierecilla domada, Las alegres comadres de Windsor, El mercader de Venecia (más bien tragicomedia), El sueño de una noche de verano, Mucho ruido y pocas nueces. Cerró su producción con La tempestad, una pieza inclasificable y enigmática fantástica, alegórica, a ratos cómica. Estas obras siguen de plena actualidad, son representadas continuamente por grandes actores y directores y varias han dado lugar a espléndidas películas.

La principal característica del teatro de Shakespeare, sobre todo de sus tragedias, es la profundización sicológica. Nadie como él ha representado las grandes pasiones humanas, hasta el punto de que varios de sus personajes han pasado a simbolizarlas. Así, Romeo y Julieta son el amor; Hamlet, la duda; Macbeth, la ambición asesina; Otelo, los celos. Los hijos del rey Lear, la ingratitud filial. Por otro lado, es magistral la mezcla de violencia y poesía que emanan muchas veces de la misma escena y hasta de la misma frase. Sumémosle a esto el dominio absoluto de la escena y del lenguaje y el resultado es un genio.

Además Shakespeare, que por cierto firmaba Shakspear, es uno de los grandes poetas ingleses, sobre todo por sus sonetos, en los que habla de un "amor oscuro" que, según algunos críticos, podría ser el amor homosexual; de hecho Lorca dio ese sentido a sus Sonetos del amor oscuro.

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