Opinión

Remangado

PRESENTARSE EN mangas de camisa y remangado delante de alguien que sabes que te va a recibir en visita oficial correctamente vestido, con traje y corbata, es una auténtica botaratada y sólo demuestra una mala educación y una grosería asombrosas. Si el que te recibe es el jefe de Estado de tu país, hay que añadir el desprecio hacia lo que su figura representa. Y la cosa aun es peor cuando el remangado aspira a ser vicepresidente del Gobierno. Con esa mala educación y esa estúpida actitud no se puede aspirar ni al más modesto empleo. Pero también es cierto que sólo en España se permite que un individuo se presente ante el Rey con una pinta tan inadecuada que llega a ser ofensiva.

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