Opinión

Menos

SE APARTA Artur Mas de la política, al menos de la primera línea. De manera insospechada, con él empezó el gran lío —desafuero, desafío, disparate o como se quiera llamarle— catalán. Más que empezar, con él afloró, pues en realidad se venía preparando casi desde la restauración de la Generalitat, con una labor de zapa y de adoctrinamiento que dio sus resultados. Empezó con él de manera insospechada, se acaba de decir, porque Mas no tenía el perfil de un radical ni por maneras, ni por aspecto, ni por historial. Pero donde menos se espera salta la liebre. Y aquí saltó, por una serie de causas personales y políticas. Adeu. Uno importante menos. Dos con Forcadell.

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