PARA CELEBRAR el Carnaval, macrobotellón en el parque Rosalía de Castro, es decir, macrodestrozos y macroborracheras, o sea, macrodegradación. Botellones no tan macro, pero desde luego no micro, los hay semanales, es decir, borracheras y destrozos, o sea, degradación. El parque no es para eso y da pena verlo. Los vecinos tienen teórico derecho a noches tranquilas y a que sus coches o portales no sean dañados por los juerguistas. Y muchos de esos juerguistas son menores de edad. Pues la autoridad incompetente (¡qué vergonzosa inhibición!) y la sociedad en general (¡cómo está!), nada de nada. Ésta es la España de hoy, metafórica y literalmente: un macrobotellón.
