Opinión

Ilustrados y enciclopedistas franceses del XVIII

LA ILUSTRACIÓN fue un gran movimiento  intelectual que modernizó el pensamiento y, por consiguiente, el mundo. Es en la Francia del siglo XVIII donde alcanza su plenitud, irradiando al resto de Europa e incluso a América. los ilustrados quieren revisar lo conocido bajo las luces de la razón (de ahí la denominación de ‘siglo de las luces’ para su época), prescindiendo de supersticiones y creencias rutinarias. D’Alembert y Diderot dirigieron la ‘Enciclopedia’, en la que colaboraron muchos ilustrados franceses, con la ambiciosa finalidad de abarcarlo todo con innovador y racionalista criterio. los enciclopedistas cargaron las tintas en la crítica religiosa —la mayoría eran deístas— por lo que buena parte de su obra fue prohibida por la Iglesia. 

Montesquieu (1689-1755) es autor de ‘El espíritu de las leyes’, una obra básica para las democracias, pues en ella propugna como imprescindible la separación de poderes. las ‘Cartas persas’ fingen una correspondencia entre dos jóvenes de esa nacionalidad para así criticar las costumbres e instituciones francesas; de inmediato éxito, surgieron por Europa imitaciones, en España las ‘Cartas marruecas’, de Cadalso. 

Voltaire, seudónimo de François Marie Arouet (1694-1778), fue un formidable polemista, de aguda inteligencia e implacable humor, lo que le valió cárceles y destierros, aunque gozó de gran popularidad  e incluso de la protección de Federico II de Prusia. Defensor de las ideas ilustradas, hizo célebres muchas frases y sentencias, si bien algunas le son atribuidas apócrifamente. Entre sus obras quizá destaque ‘Cándido’, una novelita satírica en la que el ingenuo protagonista sufre diversos avatares; Pangloss es el tutor de Cándido, y existe el adjetivo ‘panglossiano’, refiriéndose al que cree que todo está bien y todo el mundo es bueno. 

Diderot (1713-1784) fue un hombre de múltiples saberes e incansable actividad intelectual. Aparte de su decisiva labor en la ‘Enciclopedia’, se puede destacar en su abundante obra la singular novela ‘Santiago (Jacques) el fatalista y su amo’, de anárquica estructura, tan entretenida como intelectualmente interesante y que en su libertad compositiva parece adelantar la novela experimental moderna. 

El ginebrino rousseau (1712-1778) fue un hombre de compleja personalidad. Por su apasionamiento y el sentimiento de la naturaleza se le puede considerar un antecedente del romanticismo. Su idea de que el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe fue y es fuente de polémicas. ‘El contrato social’ adelanta en cierta manera la revolución francesa y el concepto de democracia; ‘Emilio’ es un tratado educativo; ‘Meditaciones de un paseante solitario’ subraya su prerromanticismo.

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