Opinión

Felicidades

PESE A mi natural modestia y proverbial timidez, hoy no puedo menos que felicitarme. No por mis muchos y grandes éxitos, que bien se lo merecerían, sino porque es mi cumpleaños. Bah, qué cosa, dirán ustedes, eso le pasa a todo el mundo; le pasa hasta que deja de pasarles, toco madera. Pero a mí me importo yo. Y soy consciente de que libré por un pelo, por un día, de nacer el 18 de julio, cosa que supongo que ahora está severamente castigada, con cárcel y todo, por eso de la ley de la Memoria Histórica y ya no digamos por la de la Memoria Democrática. Buf, qué vista tuvo mi madre en no retrasarse en el parto. Aunque, ¿no fue el 17 cuando ellos —ni me atrevo a nombrarlos— se alzaron en África? Mejor lo dejo.

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