Opinión

Espectáculo

Este nefasto y nefando Gobierno que nos asola es un espectáculo, empezando por su presidente y acabando por el último de sus ministros y ministras (aquí si procede subrayar el femenino, por su particular protagonismo). Pero al sustantivo espectáculo hay que ponerle unos cuantos adjetivos para que nos dé, al menos, un pálido reflejo de la realidad. Por ejemplo, esperpéntico, arrastrado, tragicómico, desvergonzado o, por usar un calificativo muy usado por ellos para alabarse, histórico. Histórico por desastroso, superando incluso el alto listón de Zapatero. Como dijo Cicerón: "Quosque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?". O en su versión española: ¿Hasta cuándo abusarás, Sánchez, de nuestra paciencia?

Comentarios