Opinión

Contaminante

CON LA disparatada supresión sine die de la Ora, el Concello de Lugo no sólo ha provocado —por puro capricho, por clamorosa incapacidad, por parálisis aguda— intolerables molestias a los vecinos y visitantes. Además, ha potenciado el caos y la saturación de vehículos en determinadas zonas, en las que se forman continuas y lentas filas de coches en busca de un hueco para aparcar. Esta lenta circulación, con paradas y aceleraciones, trae consigo un sensible aumento de la contaminación atmosférica en la ciudad. Las calles que rodean el parque Rosalía de Castro son ejemplo paradigmático de ello. ¡Y los causantes de la desfeita van de alternativos, progresistas y renovadores!

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