Opinión

Autores europeos del XIV al XVI

En una ojeada a vista de pájaro de un tema tan amplio como la Literatura Universal, de cuando en cuando hay que dedicar algún capítulo a simplemente nombrar a ciertos escritores para que suenen, saber situarlos y tener una idea de ellos. 

Chaucer, del s. XIV, es el primer gran clásico de la literatura inglesa. Sus Cuentos de Canterbury, escritos en verso, se caracterizan por la frescura, el costumbrismo y la sátira. Los cuentan unos peregrinos que se reúnen camino de Canterbury, un recurso similar al de Boccaccio en el Decamerón

El poeta François Villon vivió su desordenada y casi marginal existencia en la Francia del s. XV. Estuvo a punto de morir colgado, lo que refleja en la ‘Balada de los ahorcados’. Justamente célebre es su Balada de las damas de antaño, con el famoso estribillo "¿dónde están las nieves de antaño?", sobre el tópico del Ubi sunt. 

Erasmo de Roterdam, entre el s. XV y el XVI, fue un humanista holandés que preconizó la vuelta de la Iglesia a una mayor pureza evangélica. Precursor de la reforma protestante, pero sin salirse de la ortodoxia católica, el erasmismo prendió fuerte en España, donde fue perseguido. Puede verse su influencia incluso en el Lazarillo. La aguda sátira Elogio de la locura es una de las obras más conocidas de Erasmo. 

Y a partir de aquí, todos los escritores citados son renacentistas italianos. 

Baltasar de Castiglione murió en Toledo en 1529, ya que estaba en España como nuncio. En El cortesano, traducido por Boscán, fija el arquetipo del perfecto caballero renacentista, galante, refinado y hombre de armas y de letras. Garcilaso de la Vega sería la mejor encarnación de este modelo. 

"El fin justifica los medios" es el motor del maquiavelismo, que sigue de plena actualidad, siendo 'maquiavélico' ya un adjetivo común

El florentino Nicolás Maquiavelo (1469-1527) deja en El Príncipe —se dice que inspirado en Fernando el Católico— su ideal de gobernante, que debe ser ante todo pragmático y astuto. "El fin justifica los medios" es el motor del maquiavelismo, que sigue de plena actualidad, siendo maquiavélico ya un adjetivo común. 

Orlando furioso es un movido poema caballeresco, lleno de aventuras y fantasía, que escribió Ludovico Ariosto (1474-1533) y del que hay una muy recomendable y entretenida versión en prosa moderna de Italo Calvino. 

Torquato Tasso (1544-1599) es autor de Jerusalén libertada, un poema épico sobre la primera cruzada, brillante, aunque demasiado artificioso. 

Y Jacopo Sannazaro (1458- 1530) escribe la novela pastoril Arcadia —esa mítica tierra siempre feliz y armoniosa— de gran éxito, ya que el género pastoril fue un best seller renacentista.

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