Opinión

Amarillo

NO HACE una semana. No dentro de una semana. Ahora. Aquí, en nuestra campiña, ahora. Las últimas carballeiras —se siguen talando, ay, a mansalva— se han vuelto, por fin, amarillas. Aunque no es así, parece que ocurre de repente, de un día para otro. Hasta se puede concretar: el último miércoles aún el verde predominaba y el jueves ya el tono general era el amarillo. Y en eso están. Hasta el tiempo ayuda, pues llovió —ya era
hora— el viernes y el sol de estos días hace brillar las doradas hojas recién lavaditas. Primero otoñearon los chopos, después los abedules y castaños. Por último, los robles, nuestros carballos. Vayan a verlos, no deben perderse el espectáculo.

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