Opinión

Abarrote

SUENA A pintoresca ocurrencia —una más— la orden del Ayuntamiento de Madrid de declarar de dirección única –el caminante tiene que subir por una y bajar por la otra, como si fuera un coche- dos calles peatonales, Carmen y Preciados, abarrotadas en estas fechas. Pero quizá tenga que ser así. Porque está pasando con los espacios libres y al aire libre lo que antes sólo se concebía en recintos cerrados: que no cabe ni un alfiler. Petición de vez para la playa de As Catedrais; colas para sentarse en el banco de los acantilados de Loiba; Venecia, saturada. Tan ansiosos, frenéticos y móviles nos hemos vuelto que todo lo abarrotamos. Todo. ¿Al aire libre? Lo de libre empieza a no serlo.

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