Opinión

¡Qué más nos puede pasar!


Que nuestra provincia de Lugo presenta graves carencias en materia de comunicaciones e infraestructuras es algo que ya no se discute. Que los agravios comparativos con otras zonas de España son cada día más evidentes, tampoco.

Durante los últimos meses hemos asistido con cierta resignación a acontecimientos que han confirmado el serio deterioro y estado en el que se encuentran nuestras infraestructuras en materia de comunicaciones. 

En la principal vía de transportes por carretera, la autovía del noroeste la A6, el desplome de uno de sus viaductos mientras se procedía a trabajos de mantenimiento dio comienzo a un periodo de practica incomunicación para la entrada y salida por autovía de una gran parte de Galicia con la meseta y viceversa. Un periodo que cada día se alarga más porque desde el Gobierno se anuncian plazos de finalización a seguramente más de dos años. Nuestra principal autovía cortada durante años.

A esta situación y más recientemente, se unía un corte por derrumbamiento de la única carretera nacional que recorre la Mariña lucense, a falta de la reiteradamente prometida autovía.

Para desplazarse a la capital de Galicia la autovía A-54 cada día ve más retrasada su terminación, siendo la última previsión del Gobierno, para finales del 2024. Dos años más de espera.

De la autovía entre Lugo y Ourense nada se sabe, y lo que es más grave, a la actual carretera nacional no acaban de renovarle su firme, siendo cada día más peligroso viajar por ella sin dejarse una rueda o tener un accidente.

Años peleando por un auditorio y cuando la Xunta lo entrega al Concello éste no acaba de querer gestionarlo poniendo constantes disculpas

De la situación en que se encuentran las infraestructuras ferroviarias, sin comentarios. Nos habían comprometido una nueva conexión entre Lugo y Ourense para enlazar con la Alta Velocidad y lo que nos están dando es un remozamiento de la actual vía sin acortar un solo kilómetro, al eliminarse del proyecto inicial las variantes que contemplaba y que permitirían reducir el tiempo de viaje entre ambas ciudades. Para mayor agravio, lo que se está ejecutando lleva años en obras y obliga a traslados en autobús hasta Ourense, lo que acaba de echar atrás a cualquier intento de viajar en tren.

En resumen, poca obra nueva y nada de conservación en las que ya empiezan a dar síntomas de deterioro.

Si en la provincia el panorama se acerca a lo descrito, en la ciudad de Lugo las cosas no pintan mejor. Años peleando por un auditorio y cuando la Xunta lo entrega al Concello éste no acaba de querer gestionarlo poniendo constantes disculpas.

Seguimos sin trenes, pero la prioridad del gobierno municipal es tirar el edificio de la estación y construir una nueva Intermodal.
Eso sí, en vísperas de las elecciones municipales de mayo, ahora todo se vuelve en enseñarnos muchos dibujos, para una nueva plaza de la Constitución, para el barrio del Carmen, y un sinfín de propuestas que se quedarán, si los ciudadanos no lo remediamos, en eso, en anuncios electorales rivalizando entre los dos partidos que gobiernan este ayuntamiento.

Lugo se está quedando aislada, y no sé qué más nos puede pasar para reaccionar.

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