Opinión

Entre España y Grecia

ENTRE ESPAÑA Y GRECIA además de los miles de kilómetros que nos separan, hay algunas cuestiones que tambien nos diferencian y no conviene perder de vista.

Mientras en España el gobierno presidido por Mariano Rajoy realizó una diagnosis de la situación heredada y adoptó urgentemente las medidas oportunas que, aunque  duras  e  impopulares, resultaron imprescindibles para evitar la quiebra y posiblemente la caída al abismo de nuestra economía y con ella de todo el estado de bienestar, en Grecia,  el grave error en el diagnostico, al pensar sus gobernantes que el problema era de gestión y no de su sistema,  acabó por situarlos a día de hoy en un panorama incierto y muy inestable.  

Mientras el partido populista Syriza, hermano de Podemos, les decía a sus votantes que sus graves problemas financieros y económicos eran culpa del sistema capitalista,  y sus deudas no habría que pagarlas tal y como se les exigía desde la Unión Europea, es decir que lo solucionarían rompiendo los compromisos asumidos, en España se elaboraba y presentaba ante nuestros socios un importante plan de ajuste con medidas específicas para combatir el fuerte déficit generado en la etapa socialista.

Mientras a los griegos se les prometía salir de la crisis sin que ello les supusiera sacrificio alguno, aquí en España se explicaron, mejor o peor, las medidas necesarias diciéndoles a los ciudadanos que ello conllevaría sacrificios
colectivos importantes, pero que era la única manera de salir de la crisis sin ser rescatados y por tanto sin poner en grave riesgo cuestiones tan sensibles como nuestras pensiones o la sanidad pública.

En Grecia, como aquí hacen constantemente Pablo Iglesias, sus colegas y cuantos los apoyan, se engañó a los ciudadanos diciéndoles que había formulas mágicas para hacer frente a sus problemas, a sus excesos, a sus privilegios, y ahora sus gobernantes pegan la espantada y convocan nuevas elecciones en el país, sumiéndolo en tensiones sociales y una nueva paralización de su economía.

La diferencia es palpable e indiscutible. Mientras Grecia continúa cual buque a la deriva con riesgo de hundimiento inminente, en España el rumbo aplicado hace que nuestro barco cada día que pasa navegue por aguas menos turbulentas y con el puerto de destino, el final de la crisis, mucho más cercano.

En Podemos, las diferencias maneras de analizar y reaccionar ante la espantada del líder griego son un nuevo ejemplo de cómo actúa esta formación. Mientras parte de sus lideres reaccionaron con temblor de piernas por el efecto contagio, Pablo Iglesias lo hacia calificando la renuncia de Tsipras como una muestra de patriotismo.

Ahora que se van acercando las elecciones en España no creo que sea mucho pedir que los integrantes de Podemos nos aclaren si siguen pensando igual que hace unos meses respecto a Grecia y sus gobernantes.   

Lo ocurrido en Grecia demuestra que para solucionar los problemas no llega con voluntarismos, y menos si estos están basados en fantasías, algo que viene a coincidir con las recetas de Pablo Iglesias.

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