Opinión

Primavera en España

Paralelismos entre la nueva normalidad y la verdadera realidad. Maleza del coronavirus en un país floreciente
El Corte Inglés. CABALAR (EFE)
photo_camera El Corte Inglés. CABALAR (EFE)

YA ES PRIMAVERA en El Corte Inglés y, por tanto, en España. Luego aunque sólo sea por orgullo patrio, El Corte Inglés debería estar contemplado en el real decreto de nueva normalidad que toma el relevo del estado de alarma el 21 de junio, primer día del verano que alumbra el mando único en feliz elección de fecha. La nueva normalidad es volver a la vieja normalidad de El Corte Inglés abierto de par en par; abierto hasta el preámbulo del amanecer para recuperar la tradicional realidad cotidiana. No es que el florecimiento primaveral de las rebajas mínimas vitales sea competencia exclusiva de la gobernanza por decreto o de El Corte Inglés. Es que El Corte Inglés es parte de la reconstrucción social y económica de España, con permiso de los añorados Ramón Areces e Isidoro Álvarez que en gloria estén.

Pese a las perdidas, El Corte Inglés es, junto a Zara-Inditex, el ‘parqué’ que mejor y más cotiza en el estado de ánimo de los españoles, una especie de bolsa anímica de esperanza y bienestar que nos garantiza la vertebración transversal de supervivencia más allá del coronavirus y del pretendido cambio de régimen del 78 reconocido por el Gobierno en forma de «debate constituyente». Al ministro de Justicia le traicionó el subconsciente de la dependencia separatista y comunista necesaria para mantener a Sánchez en Moncloa. Fue un momento de debilidad a pregunta de ERC, una confesión en el umbral de la culpa Covid que prueba la agenda oculta al servicio de un proyecto político que debiera haberse aparcado durante el estado de alarma aunque sólo fuera por ética y respeto a los muertos. En medio del enredo inmisericorde de acusaciones trampa a la oposición de golpismo guerracivilista, el notario mayor del Reino certificó en sede parlamentaria planes ajenos a la Primavera en España Constitución para perpetuar el poder de la izquierda y culminar el cordón sanitario a la derecha, siempre tan extrema a ojos del dóberman de Ferraz y del cocodrilo de las cloacas. O sea tíos y tías, que desenterrado Franco, el dictador, asistimos en la España primaveral al cortejo retórico de la mayoría de la moción que, por necesidad aritmética, usa sin escrúpulos la generosidad de nuestra imperfecta democracia en beneficio de una hoja de ruta ideológica. En todo ello subyace la idea de implantar un nuevo orden asumido por Sánchez en sus pactos de gobernabilidad con el comunismo podemita y los separatistas del desafío ilegal condenado. Desafío sedicioso sentenciado a cárcel por el Supremo, que constata donde anida el verdadero espíritu golpista.

Lo cierto es que en esta peligrosa deriva política, El Corte Inglés representa el termómetro más fiable para medir la temperatura de nuestra economía con permiso del turismo. De ahí que el Banco de España y la OCDE también debieran incluirlo como antídoto en sus previsiones catastróficas de PIB y paro, que falta nos va a hacer. Si se hubiera actuado 10 días antes del 8-M, es evidente que se habrían evitado miles de contagios y muchas muertes así como el empeoramiento crítico de la economía. El parón total de los principales motores económicos podría haberse esquivado como sucedió en otros países adoptando a tiempo medidas sanitarias contra la pandemia. Pero como diría el eslogan de la campaña de rebajas: siempre nos quedará El Corte Inglés para arreglar el estropicio y crear empleo. Puestos a ello, incluso la presidenta de El Corte Inglés, Marta Álvarez Guil, podría presidir el Eurogrupo en lugar de Nadia Calviño, que bastante tiene la ministra de Economía con contener la mano rota de la sociedad ilimitada SánchIglesias para dotar su escudo social y electoral.

No nos engañemos: en la era post-Covid será la economía, idiota, la que certifique la salida razonable de los españoles de la crisis o de Sánchez de La Moncloa, por muchas cortinas de humo que difuminen la gestión de la pandemia. La Fiscalía patriótica de Lola Delgado demostró su obediencia debida al Gobierno al lanzar una ofensiva con la que disimular favores al sedicioso Trapero en el juicio por el desafío golpista ilegal, y a Franco, el demócrata, para archivar su imputación por el 8-M. Para ello, la exministra fiscal activó otra nueva investigación al emérito Juan Carlos, que al margen de perseguir legítimamente cualquier presunto delito de blanqueo, garantiza munición a todo el republicanismo socio de Sánchez con el que cuestionar la Corona y pedir una comisión ruidosa de investigación que tape las críticas por el coronavirus y atice el "debate constituyente". Así entra España en la ingeniosamente bautizada como nueva normalidad que muchos ven a medio y largo plazo como una pretendida nueva República.

En cuanto a las cifras de muertos, el contador nada transparente de Illa y Simón deberá aprender a sumar con las recomendaciones de la OMS. La Organización Mundial de la Salud pide que se incluyan los casos sospechosos y no sólo los 27.000 confirmados por PCR, lo cual nos aproxima al triste récord de 50.000. Se trata de decir la verdad, y no de maquillar las peores cifras de fallecimientos del mundo por millón de habitantes, un dato objetivo que ningún bulo ni relato oficial puede rebatir.

Lo que el viento se llevó
CUANDO HBO retiró temporalmente de su oferta de cine Lo que el viento se llevó, cediendo así ante las acusaciones de película racista en plena ola de protestas por la muerte de George Floyd, EE.UU. alcanzó el tope de la necedad y de la falsa hipocresía. Estamos ante un claro brote de incultura cinematográfica y de burdo cinismo como consecuencia del exceso de celo que a menudo representa lo políticamente correcto. Si seguimos el mal ejemplo de HBO, habrá que retirar también otras obras maestras del cine que por su contenido incurren en apología del asesinato, de la violencia, de la agresión sexual, de la guerra, del terrorismo o de la vejación sexista. HBO ha errado en su gesto sensiblero, y poniendo a Dios por testigo es como para darse de baja y buscar otra plataforma de pago. Porque si en este clásico se "glorifica la esclavitud", la Historia y el cine están llenos de ejemplos que glorifican la injusticia humana. ¿Qué será lo siguiente, retirar El Padrino por su contenido mafioso o todas las de John Wayne en la que los indios son masacrados?

El pasado de Marlaska
"ES EL SECRETO mejor guardado. Macarena no suelta prenda. Es una tumba". Fuentes parlamentarias respondían de esta enigmática manera cuando los periodistas preguntaban a qué se refería la portavoz de Vox, Macarena Olona, al pronunciar en el Congreso la palabra "cobardía" en referencia al pasado del ministro Marlaska como juez en Bilbao. Olona le espetaba al actual titular de Interior que contara la verdad sobre "lo que hizo o no hizo" tras el asesinato del juez José María Lirón en 2001 en Euskadi. Como tirar la piedra y esconder la mano es una práctica habitual pero inadmisible en política, las duras palabras de Olona tendrán respuesta tarde o temprano. Macarena Olona ha estado destinada como abogado del Estado en el País Vasco, "y si ha dicho eso es porque sabe de lo que habla pues de no ser cierto ya habría recibido la correspondiente querella por parte de Marlaska". Olona lo relacionó con un incidente con la Guardia Civil, objeto de la purga del ministro por la investigación del 8- M. Continuará…

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