Opinión

La broma del 14 de abril

FUENTES PRÓXIMAS a Moncloa chivan cómo se gestó el globo sonda que fechaba de forma oficiosa la amenaza de elecciones a los independentistas en el 14 de abril, día de la República y Domingo de Ramos. Pedro Sánchez y su jefe de gabinete, Iván Redondo, consideraron la filtración a la agencia Efe de esa fecha por varias razones: primera, en efecto, para lanzar al separatismo un órdago en el intento desesperado de lograr su apoyo presupuestario. Segunda, porque de esa manera se disfrazaba de supuesta firmeza antiindependentista lo que a todas luces significaba un apaciguamiento de la calle y de los críticos del PSOE que reclamaron elecciones como mal menor para frenar el deterioro de la credibilidad socialista ante la sociedad española. Tercera, porque el melón abierto permitía aspirar, sin éxito, a intentar superar el 26 de mayo y conseguir llegar a otoño para convocar elecciones generales después del verano. Y cuarta: porque el PSOE ve la oportunidad de quitarse de encima a Podemos en pura bajada de Cs y souffle de Vox. Sea como fuere, Sánchez se sabía tocado y optó por el mitin.

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