Opinión

Indultos sin mascarilla ni careta

Atraco a cara descubierta de la soberanía nacional. La sociedad, amordazada ante la deslealtad de los indultos
Presos del procés. SUSANNA SÁEZ (Efe)
photo_camera Presos del procés. SUSANNA SÁEZ (Efe)

TRAS LA GESTIÓN de la pandemia parecía imposible que el poder superara semejante desprecio a la ciudadanía y la verdad. Pero junto a la concesión de los indultos aún ha habido otra humillación más al Estado de Derecho y la igualdad de los españoles ante la Ley. Se trata de la victoriosa excarcelación altiva, festivalera y desafiante de los presos agraciados en la tómbola de Sánchez con el gordo de la libertad pese al rechazo del Tribunal Supremo y la Fiscalía. Al grito de «amnistía» y mediante la ficción acusatoria de una inexistente «represión», los reclusos sediciosos hicieron su desfile por la pasarela del triunfo, en una especie de ruleta mediática y política de la fortuna con la que viajar a la autodeterminación y el referéndum pactado sin la mochila de 100 años de soledad en prisión, suma de todas las penas a las que fueron condenados los golpistas.

La imagen de cesión al chantaje independentista y de apaño político para mantenerse en Moncloa es algo que acompañará a Sánchez el resto de su mandato. Porque el presidente del insomnio-pesadilla no solo nos ha indultado a todos los ciudadanos decretando el fin de la mascarilla en exteriores para difuminar su maniobra política, sino que se ha quitado la careta regando con propaganda y fondos europeos el apoyo a los indultos del empresariado y obispado catalanes y el impresentable informe letón del Consejo de Europa que hasta el aparato de la Moncloa se vio obligado a criticar porque pone en duda la democracia española al compararnos con Turquía. La injerencia del Consejo de Europa desacreditando al Poder Judicial español resulta del todo despreciable y ha sido contrarrestado con el líder de la oposición denunciando el atropello de Sánchez en Europa.

El sanchismo ha ganado tiempo a su fecha de caducidad, prevista según las encuestas para las próximas elecciones generales. Estamos hablando de aproximadamente dos años en los que Sánchez y sus socios sin carETA ni vergüenza enredarán a los españoles con la mesa de diálogo, la foto de Junqueras convertido como Otegui en hombre de Estado y un despegue económico base de deuda y dinero europeo que no resolverá el desafío ilegal catalán. Y lo hará sin dar la palabra en las urnas a los españoles con ayuda del cordón sanitario anti-Colón del sanchismo podemita. Si la derecha gana las próximas elecciones generales, volverán las oscuras golondrinas a volar sobre el nido del cuco secesionista. Y si Sánchez retiene el trono de Moncloa con su colchón de votos separatistas y proetarras, el chantaje se incrementará hasta que ceda o vuelva a convocar elecciones. Esa hipoteca a costa del futuro identitario y territorial de España es una de las losas que volverá a heredar el PP si regresa al Gobierno, como ocurriera con el estatut de ZP.

Pero más allá de las siglas y la política, lo que resulta verdaderamente indecente y causa alarma social es que Sánchez haya indultado a los presos del procés en contra de una amplia mayoría de españoles que los sondeos estiman en el 60 por ciento, incluidos los catalanes no separatistas. Es decir, indulto sin abrir las urnas a la sociedad española que Sánchez representa como segunda máxima autoridad del Estado. Españoles sin derecho a opinar sobre la soberanía nacional como marca la Constitución mientras se acepta una mesa de diálogo sobre un referéndum pactado y autodeterminación, lo cual requiere un cambio imposible de la Carta Magna. La apoteosis contradictoria de la mentira; el colmo del engaño colectivo por razones de supervivencia partidista y no de interés general.

Otegui también quiere excarcelar ahora a los presos de Eta, y algunas autonomías están pensando en pedir su mesa de diálogo para independizarse del centralismo. La falacia propagandística de la utilidad pública, la concordia y la convivencia ha quedado devaluada por el envalentonamiento secesionista en la foto de la excarcelación, que resulta más perjudicial para España que la foto de Colón. Los presos liberados convirtieron la concordia en discordia, bajo la constatación obvia de que la convivencia se rompió y rompe precisamente por sus acciones delictivas merecedoras de cárcel.

La utilidad pública que pregona el relato oficial y la ocultación oscurantista de los expedientes del indulto es en realidad la utilidad sanchista de la figura del indulto que, si ciertamente es potestad del Gobierno, también requiere verdad, decencia, arrepentimiento y transparencia. La perversa mentalización social del independentismo asumida por Moncloa incluye el blanqueo del delito mediante el engaño internacional. «Freedom for Catalonia» rezaba el cartel de los condenados liberados, como si en España no hubiera libertad ni democracia ni Ley, como si nuestro país fuera una república bananera sin Constitución. Con las mascarillas por decreto se ha caído algo más que la careta de Sánchez. Se ha caído el garantismo del Estado de Derecho para beneficio de una minoría española que tiene tanta libertad de pensamiento como obligaciones. El deber obligatorio de respetar la legalidad y la libertad de los demás, mayoritariamente discrepantes con el delirio secesionista de ruptura, agresión y desprecio al resto de compatriotas.

Arrojando luz

POR ARROJAR LUZ, la supresión de las mascarillas para exteriores, la vuelta del público al fútbol y la rebaja del Iva de la luz no han logrado disipar las sospechas sobre la coincidencia temporal de dichas medidas con el indulto y excarcelación de los presos del procés. Sánchez se reservó el mérito del anuncio del fin enmascarado como hizo con las vacunas. Pero la caída de las mascarillas ha resultado ser menos expansiva que la propaganda monclovita por estar sujeta distancias de metro y medio y otros condicionantes sanitarios de sentido común. En cuanto a la reducción del 21 al 10 por ciento del Iva de la electricidad tras negar que Bruselas no lo permitía como con las mascarillas, también resulta que tiene trampa. La medida deja fuera al 75 por ciento de los locales comerciales y bares. Apenas beneficia a pymes y autónomos porque la rebaja está sujeta al límite de 10 KW de potencia contratada. Atrás quedan las oportunidades perdidas de Filomena y el ingreso mínimo vital del estado subvencionado. Lo del fútbol como opio del pueblo, ya se sabe...

Luis Enrique III de España

AL SELECCIONADOR NACIONAL hay que tenerle respeto por su pasado como futbolista del Sporting, el Madrid, el Barça y de la selección nacional. Y también porque perdió a su hija de 9 años, Xana, que es lo más doloroso que puede padecer un padre. Este asturiano es ácido y seco, de contadas sonrisas y concesiones a la maldita prensa, siempre tan críticamente exigente. Se trata de su mecanismo de autodefensa, porque cuando España juega un Mundial o la Eurocopa, millones de españoles se convierten en expertos entrenadores que saben más que los propios profesionales del balón. El fútbol es un deporte de negocio y emociones, una terapia nacional para muchos países del mundo. Tardaremos años en tener una selección como la del tiki-taka, nacida del talento cíclico generacional porque ya nos tocaba y del que solo queda Busquets. El 5-0 a Eslovaquia es un espejismo que solo los jugadores y el heredero de Aragonés y Del Bosque, Luis Enrique III, pueden convertir en paraíso o infierno. Croacia-Modric Dios mediante.