Opinión

Guerra abierta

LAS ELECCIONES europeas, autonómicas y municipales de 2019 han desatado la guerra abierta en la política española. A la espera de una posible pero improbable repetición electoral en Cataluña, se han desatado las hostilidades entre todos, en un intento de copar la iniciativa que traiga el rédito político. En el PP a Rajoy le han puesto las pilas tras el batacazo de Albiol en Cataluña y los sondeos de ascenso ciudadano. Pero en el PSOE, Susana Díaz vuelve a mostrarse porque puede adelantar las elecciones andaluzas y porque quiere recordarle a Pedro Sánchez que sigue ahí pese a la victoria de este en las primarias. Podemos trata de resucitar a Pablo Iglesias, agobiado por la contestación interna de confluencias, mareas y marejada narcisista y su ‘portavoza’ Montero/a. La guerra va a ser a vida o muerte, aunque el temeroso tacticismo marianista mantiene a raya a los contendientes. Ninguno olvida que Rajoy ganó la presidencia tras renunciar en primera instancia por falta de apoyos. Y tampoco olvidan que, pese a todo, el freno
al separatismo ilegal lo ha puesto él con el 155.

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