Opinión

¿España va mejor que bien?

Argumentos sobre la diferencia entre eslogan y realidad. Los hechos desmienten optimismo, propaganda y falsedades
Protestas en Cádiz. ROMÁN RÍOS (EFE)
photo_camera Protestas en Cádiz. ROMÁN RÍOS (EFE)

EL ESLOGAN España va bien lo fabricaron Aznar y el hoy consejeromanager de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez. Prendió como la paja seca igual que lo de Váyase, señor González, pues transmitía la idea cierta de que la economía española funcionaba porque generaba empleo, el PIB se sostenía, la prima de riesgo aguantaba, la deuda era menor y la hucha de las pensiones no estaba vacía como ahora. Con el aznarismo y el marianismo, es decir, con el PP, es un hecho objetivo que la economía fue y va bien, aunque la izquierda política y sindical no lo reconozca jamás porque concibe el estado de bienestar con endeudamiento, favoritismo no igualitario entre territorios y paro. De hecho, a Aznar y Rajoy les hicieron varias huelgas generales por mucho menos de lo que ahora acontece, porque el sanchismo podemita se maneja bien con sus correligionarios sindicalistas y sabe cómo llevarlos por el camino de la compresión: 17 millones en subvenciones para 2022. O, dicho de otro modo: de la subida del 0,6 en las cotizaciones para mantener las pensiones, un 0,5 lo pagarán las empresas y un 0,1 los trabajadores. Y como justificación del festín, la culpa es de la CEOE por no aceptar un trágala junto con la reforma laboral pese a que Bruselas exige el respaldo de los empresarios para soltar los fondos europeos.

Pedro Sánchez se esfuerza cuanto puede en la propaganda del eslogan, incluso cuando miente a destajo. Así que, en su adicción al poder y el embuste, intentó emular a Aznar para trolear en una de sus últimas comparecencias parlamentarias de piano, arpa y violín que ‘España va mejor’ gracias a su política económica de imposible ortodoxia. Por eso cabe preguntarse a estas alturas de legislatura fantasma si España va mejor con la coalición que con el centro derecha o si simplemente se refiere a que vuelve a haber actividad económica tras el parón de la pandemia. No extrañe a nadie que los casi 1.500 asesores y escribientes de discursos bonitos de Moncloa piensen ya en mejorar el lema con un rotundo España va mejor que bien, que es en sí mismo un canto por igual al optimismo y el engaño sólo al alcance de Pinocho. El España va mejor que bien pretende dejar clara la supremacía de la política económica sanchista que consagra el gasto, el endeudamiento y la compra de apoyo en detrimento de la gestión del PP, ese partido que cuando gobierna, baja los impuestos, reduce el paro y arregla el agujero del déficit que hoy nos sitúa en quiebra técnica. Mientras España ha estado recluida por salud, con estados de alarma inconstitucionales, colas del hambre y la anestesia empalagosa de los Aló Presidente, apenas ha habido protestas de la calle. Pero ya estamos viendo que empieza a aflorar el malestar social entre agricultores, ganaderos, transportistas, policías o trabajadores del metal. Ahora ya no se le puede echar la culpa del descontento a los fachas del barrio de Salamanca de Madrid, zona cero obsesiva de la vieja y la nueva izquierda. Eso quiere decir que el ‘España va mejor’ es otra mentira marca de la casa que persigue sostener una ilusión ficticia que no se corresponde con la realidad. Cuando con Rajoy los sindicatos y Podemos sacaban a los jubilados a la calle el sistema de pensiones estaba garantizado.

Ahora que la paga requiere un nuevo impuesto al trabajo vía cálculo de la jubilación sobre más de 25 años cotizados, se está propiciando un recorte encubierto de las pensiones, que aún es peor que aquella congelación de Zapatero respaldada por Sánchez. España no va mejor que bien ni en las cosas de comer ni en otras cuestiones de más calado político, entiéndase leyes de amnistía y memoria. Pactar los Presupuestos con socios chantajistas a los que se blanquea por razones partidistas de conservación del poder es un retroceso en la cacareada memoria democrática que sólo sirve para propagandear el franquismo como si el centro derecha actual fuera también responsable de Paracuellos y Largo Caballero. En Alemania no hay mercadeo con el nazismo, pero aquí se resucita a Franco con la facilidad pasmosa de la confrontación guerracivilista para sacar rédito electoral, lo cual desmiente una España mejor.

Decir que España va mejor no puede ser verdad cuando la Comisión Europea, el FMI, Funcas y otros prestigiosos organismos están desmintiendo tus cuentas presupuestarias. Decir que España va mejor es mentir cuando has vaciado la hucha de las pensiones y saqueas a la ciudadanía con más impuestos y el recibo de la luz mientras la calle se incendia. Decir que España va mejor cuando dobla la tasa de paro de la UE, encabezando el ránking juvenil, es una blasfemia tanto política como económica. Hasta el más tonto de primero de Económicas sabe que el aumento de empleo es la fórmula más eficaz para garantizar las pensiones del futuro sin hipotecar a las nuevas generaciones. Decir que España va mejor cuando gobiernas sobre la ficción de un Estado clientelar a base de bonos, subvenciones y títulos con suspenso es un engañabobos que liquida la cultura del esfuerzo. Y todo ello viene a demostrar que España sólo irá mejor que bien cuando cese la mentira y se gobierne para todos desde la eficiencia, la preparación y la realidad.

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