Opinión

El voto del olvido

Pues nada, que hubo elecciones el domingo, no sé si se acuerdan. Y España ya ha pasado página olvidando que los herederos de los asesinos de Miguel Ángel Blanco y de los torturadores de Ortega Lara se han convertido en la segunda fuerza política del País Vasco. Bildu está a solo 9 escaños del PNV, que se dice pronto después de tanto coche-bomba y tiro en la nuca. El mismo PNV que sigue recogiendo las nueces, ahora con los proEtarras compartiendo el cesto. Ese PNV que dicen que es de derechas pese a traicionar a Rajoy, que nunca fue de izquierdas. El mismo PNV que apoya al Gobierno de PSOE y Podemos, partidos que en Navarra y España se comportan como izquierda extrema si consideramos sus pactos preferentes. ¡Qué terrible burla del destino: celebrar elecciones en el País Vasco en pleno aniversario del secuestro y crimen del concejal del PP, enterrado en el olvido de las nuevas generaciones para resucitar en las urnas a quienes justifican el pasado sanguinario! Dicen los que creen que entienden que son los jóvenes que votan sin verdadera conciencia porque ni siquiera saben que Miguel Ángel murió por la libertad democrática que les ha permitido convertir a los amigos de Eta en la primera fuerza de la oposición en Euskadi. Es el borrado de huellas ejercido durante años en las ikastolas y ejecutado en la inmunidad de las herriko tabernas.

Que sí, que hubo elecciones el domingo pasado, no sé si se acuerdan. Y España vuelve a estar inmersa en la era post-Covid. Al parecer, a la oposición gallega ya se le ha olvidado el rebrote de A Mariña mientras el Gobierno central ya no quiere saber nada del estado de alarma que antes salvaba vidas y ahora no es imprescindible. Copiando al mando único, Torra usa el decreto para el confinamiento de Lleida en otra muestra de desobediencia que Sánchez no puede considerar constitucional en aras de su permanencia en la Moncloa. Ni Sánchez ni Iglesias ni Calvo han hecho los deberes con el anunciado plan B al estado de alarma. Se demuestra, pues, que más allá de 4 o 5 semanas la excepcionalidad de esa medida obedecía a razones políticas y no sanitarias, porque de lo contrario debiera haberse reimplantado en algunos territorios.

Pues eso, que hubo elecciones el domingo, no sé si se acuerdan. Y tras la debacle de Podemos y el estancamiento del PSOE que ha disparado los resultados de Bildu, aquí todo el mundo mira para otro lado. Un tuit y unas palabritas de Pablo, y a otra cosa mariposa, que los indignados ya son casta y Miguel Ángel Blanco un olvidado recuerdo junto a otras casi 1.000 víctimas de Eta. Silencio público y verbal en la autocrítica gubernamental, tras acusar al PP hace bien poco de fabricar independentistas. Quizás la normalización de los golpistas condenados por el Supremo y los proetarras de Bildu propicia la desmemoria, alzhéimer de la política española que con Franco nunca pierde su histórica memoria. Pues nada, que hubo elecciones el pasado domingo, no sé si se acuerdan. Y en Euskadi mucho voto del olvido.

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