SI PEDRO Sánchez trazó en la finca toledana de Quintos de Mora la estrategia del nuevo curso político con Franco como estrella emergente, el PP todavía anda en el rediseño de sus órganos directivos en partido, Congreso y Senado. Se echaba de menos el lanzamiento de la estrategia tal y como hacía Rajoy en Galicia al final de las vacaciones. Pero Casado, aunque tiene otro estilo, ha estado con Feijóo porque no se quiere descuidar en la planificación a la gallega. Consta que están a todo, incluidos los grandes asuntos de Estado. Pero después del desconcierto inicial de Ciudadanos, Rivera y Arrimadas se dedican a retirar lazos amarillos en Cataluña para hacer visible su liderazgo en el centro derecha. Por tanto Pablo Casado no debe descuidarse ahora que Iglesias vuelve de su vida familiar y que Sánchez gobierna con el BOE/Decreto en la mano y el control del poder en los emplazamientos más sensibles de la Administración del Estado. El nuevo curso está en marcha y aún no hay fecha de elecciones. Luego todos deben saber que Sánchez quiere convertir la interinidad en permanencia.
