PSOE y Gobierno han etiquetado como "chiste del día" y "ocurrencia" la propuesta del PP para desbloquear España. Propuesta consistente en buscar otro candidato que evite un nuevo rechazo a la investidura de Pedro Sánchez. Y aunque a priori puede resultar osado por improbable el paso atrás de Castejón y porque legítimamente el PSOE ha ganado las elecciones, lo cierto es que revisando el pasado reciente Sánchez tuvo su frustrada investidura frente a Rajoy cuando este renunció por falta de apoyos ante el rey pese a la victoria electoral popular de 2015. Eso quiere decir que tan chistoso y ocurrente fue entonces como ahora o que no tiene gracia ni es ingenioso ni ahora ni entonces. Todo el mundo sabe lo importante que era para Sánchez llegar a Moncloa a toda costa incluso sin elecciones, de modo que tras haber pasado por las urnas resulta de fábula pensar que con apoyo de PP y Ciudadanos mediante abstención del PSOE Pablo Casado pudiera ser presidente. La otra opción sería que Borrell u otro socialista bien preparado fuera designado candidato por Felipe VI con la abstención garantizada de Ciudadanos o PP, lo cual todavía es más chistoso porque nadie imagina a Sánchez renunciando generosamente por la gobernabilidad de España.
Devaluar como "chiste" y "ocurrencia" la disparatada guerra fría dialéctica y estratégica de la política favorece sin duda el sentido del humor, única salida que le queda a los españoles ante esta opereta de marketing y actuación que están sufriendo. El «chiste del día», podría pensar el ciudadano, es la tomadura de pelo y el mal uso que ciertos partidos hacen del voto depositado en urna. Cuando Eugenio preguntaba "¿saben aquell que diu?", estaba leyendo el futuro como adelantado a su tiempo por la sencillez intelectual de su humor. Viendo algunos argumentarios y estrategias de la nueva política española, la sociedad siente que sus representantes en el siglo XXI están preguntando demasiado a menudo lo mismo que Eugenio, esto es, "saben aquel que dice?". Falta talla intelectual en la simplificación emergente y ambiciosa de la política de tal forma que los chistes de hoy no están al nivel de Eugenio, Gila o Tip y Coll, élite del humor ibérico y patrio que tanto echamos de menos en España.
En la adjudicación del "chiste del día", el socialismo sanchista ha bordeado la instrumentalización de las palabras del rey en Mallorca previo despacho esta semana con el presidente en funciones, que llegó 50 minutos tarde con sonrisa de oreja a oreja. Felipe VI dijo que "es mejor encontrar una solución antes de ir a otras elecciones", lo cual coincide con los empeños-coartada del CIS e Iván Redondo, con la salvedad de que la Corona antepone la urgencia de la estabilidad de España al personalismo sanchista demostrado en la moción para ser presidente por la vía de urgencia. Visto por el actual socialismo obrero español es factible que en Ferraz y Moncloa la vuelta al calcetín del PP haya provocado más carcajadas que un chiste de Martes y 13, Faemino y Cansado o Cruz y Raya. Pero el bloqueo de España, la parálisis económica y presupuestaria, la congelación de la creación de empleo, y la falta de políticas legislativas y ejecutivas están poniendo en riesgo la viabilidad del país por culpa de las ambiciones personales, lo cual no tiene ninguna gracia. Una nación no se puede gobernar únicamente llenando la agenda de reuniones con ONGs, fabricando el ambiente para repetir elecciones, dando aire a los separatismos golpistas y herederos de la violencia que quieren romper España o consagrando como iniciativas prioritarias de referencia desenterrar a Franco, el guerracivilismo revisionista de la memoria o la interpretación sectaria del feminismo.
A lo mejor el rey, en su afán por servir a España, no midió que sus palabras tienen tanta repercusión que pueden ser utilizadas políticamente de forma no correcta. Quizás pudo insistir de manera genérica en su discurso habitual de "diálogo y entendimiento político" en vez de esbozar el mismo argumento con el que Sánchez presiona para lograr su investidura o para justificar una repetición de las elecciones generales, que parece su verdadero objetivo como demuestra su discurso en Marivent.
Al PSOE no le queda más remedio que buscar el apoyo de su socio natural, que es Podemos, sin esperar resultados de su presión sobre PP y Ciudadanos. En la primera investidura frustrada de Sánchez de 2016, Ciudadanos votó a favor de Sánchez, en tanto que PP y Podemos tumbaron su candidatura. En la reciente de 2019, Podemos se ha abstenido pero PP, Cs y Vox han votado juntos en contra. Eso quiere decir que la única culpa de que Sánchez no sea oficialmente presidente o no consiga serlo antes de 23 de septiembre es suya por no convencer a Podemos con o sin entrada en el Gobierno. Sánchez no puede ni debe culpar ni arrojar sobre los demás la que es su propia responsabilidad, salvo a Pablo Iglesias, que por razones de egos, carteras o falta de empatía no termina de dar el sí. Por tanto, si esto sigue como parece, los españoles tendrán motivos para juzgar en las urnas esta maratón de humor hartos de que en cada chiste del día les pregunten: "¿saben aquell que diu?".
¿Con investidura debajo del brazo?
Investidura, elecciones o ambas cosas. Aitana, tercer descendiente de Irene Montero y Pablo Iglesias, no trae un pan debajo del brazo, sino que viene con esas tres posibilidades que condicionan la baja por paternidad de sus progenitores. El problema de la baja por paternidad (y maternidad) es que queda sujeta a una nueva investidura de Sánchez o al adelanto electoral del 10 de noviembre. El nacimiento prematuro de los tres hijos de los líderes de Podemos ha unido a Iglesias y Pablo Casado, que también pasó por un trance parecido. Ambos matrimonios comparten experiencias siempre que pueden, porque la rivalidad política no quita lo cortés. Su niña Aitana, hermana de Manuel y Leo, nació el pasado 2 de agosto. Sin embargo, no se llama así por la televisiva cantante de OT, sino por la Sierra de Aitana. Fieles a su mitología ideológica comunista, dicen que ha recibido ese nombre en homenaje a la última vista que tuvieron los poetas Rafael Alberti y María Teresa León antes de partir para el exilio desde Alicante. Conmovedor.
La incógnita Feijóo
Los confidenciales de la Corte aprovechan la sequía veraniega para estirar serpientes que traspasan el mero off the record. La última es que Alberto Núñez-Feijóo deja la política antes de las autonómicas gallegas que tocan el próximo año. Este rumor, al parecer difundido por reputados sorayistas, consiste en impulsar a Juan Manuel Moreno como único barón popular con posibles en la actualidad para aspirar a disputarle la silla a Pablo Casado. Sin embargo, el logro final de Madrid ha consolidado el liderazgo de Casado, que de haber nuevas elecciones sólo puede mejorar, pues lo contrario significaría el asalto de los críticos. Fuentes gallegas consultadas por Trazado Horizontal afirman, sin embargo, que Feijóo se "vuelve a presentar2 después de renunciar a liderar el PP por su "contrato con los gallegos". Sólo en el caso de que decidiera irse a la empresa privada anunciaría "con tiempo" su marcha para buscar sucesor o sucesora. Y ahí la lista es larga: Rueda, Pastor, Olano, Barreiro o Diego Calvo, actual presidente del Parlamento de Galicia.
