Opinión

Carta a Pedro y Pablo

Misiva sin postdata para los dos líderes gobernantes de España. Epístola de adoración sin límite
Proc/JFIF/EFE-Calidad:Excelente

Queridos Pedro y Pablo: quiero confesar públicamente que os echo de menos. A ti Pedro, mi presidente, líder del cielo Falcon y de la tierra, porque los fines de semana sin tu AlóPresidente son como una paella sin arroz o el amor sin sexo. A ti Pablo, mi vicetodo, líder de los indignados con las cloacas, porque el caso Dina te ha borrado del estrellato y del mapa, como si te hubiera tragado la tierra del miedo, como si el temor te atenazara en la arenga universal de tu causa justa y divina por los pobres del mundo.

Estimado Pedro: verte otra vez en estadista galáctico global con ese andar tan sexy y sobrado, contoneándote en la lejanía del olvido tras más de 45.000 muertos por Covid no reconocidos oficialmente, me reconforta de esperanza en la forja del líder único y verdadero, el líder que España se merece tras tu inigualable gestión del coronavirus. Cuando te vi bajar la escalerilla del avión Air Force super number One en Mauritania o posar junto al Rey en la frontera portuguesa con esa seguridad en ti mismo, con la satisfacción del deber cumplido y la conciencia tranquila, pensé: eso si es un presidente top que supera a Zapatero en el ránking de la gloria histórica, y no esos jefes del Gobierno tan mediocres que fueron Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, Aznar y Rajoy.

De verdad te digo, Pedro, que los españoles somos un pueblo con suerte al tenerte por presidente. Tú, líder mío, que nos has librado de 450.000 muertos con ese saber estar y tu mascarilla de la verdad, con tus arengas sabatinas y dominicales tan necesarias para mantenernos a salvo de tus tóxicos rivales políticos, homilías ahora transformadas en entrevistas masaje. Porque como dijo Iván Redondo, ese ángel de la guarda y de la propaganda que te cuida las espaldas de la oposición y de Pablo, "es difícil hacerlo mejor". Sinceramente, Pedro, la sociedad española es afortunada de tenerte por tu desvelo de insomnio y salvaguarda de la unidad de España, por tu firmeza en los valores y los principios del servicio público y del interés general, por tu gran apego a la verdad, por tu fe en la subvención dependiente ciudadana para beneficio del bienestar colectivo y no solo el tuyo. Somos afortunados porque aunque prometiste no pactar con el comunismo, el separatismo y no subir los impuestos, es comprensible que faltes a la palabra dada tu irrenunciable vocación presidencial a costa de lo que sea. Los españoles sabemos que es por nuestra seguridad y no por tu inexistente ambición, como refrenda Tezanos y saben los valerosos ciudadanos de bien. Si, tanto los que no te votaron como los que te votaron y te seguirán votando (porque sería mucho peor, dónde va a parar, esa oposición franquista que crea empleo y nos salvó del rescate en 2012) saben que gracias a ti España no es el hazmerreír del mundo y mejora cada día hacia la perfección de la felicidad progre. Tenemos la fortuna de vivir en un país respetado universalmente por la maravillosa gestión sanitaria honesta, humana y noble que ha frenado la mortalidad, el paro y la crisis económica. Los insignificantes demócratas valoramos la guerra que has librado contra la pandemia y la paz que harás de la nueva normalidad, ese paraíso con el que nos premias aunque no lo merezcamos tanto como tú y como Pablo.

Apreciado Pablo: ¿Y qué decir de tu gran aportación a la prosperidad y certidumbre de España? Sin ti, dice la canción, sin ti no soy nada. Porque tú eres, Pablo, el faro social de esta España descarriada en la conspiración golpista de la policía política y la oposición del viejo régimen de la Transición que nos trajo 40 años de democracia tras 40 de dictadura. Si, Pablo, ha sido una bendición marxista que las cloacas no hayan impedido que entraras en la Gobierno maravilla de Illa, el Gobierno feminista de tu Irene 8-M. Si se puede, Pablo, se puede controlar el CNI, el CIS y otros órganos de adoctrinamiento mediático, porque este es un país de rojos y cayetanos, de cacerolos antimonárquicos, de alcantarillado apestoso. Sin acritud te digo, Pablo, que esta España tan en deuda contigo, los Frap y Eta debe convertirte en copresidente, en una bicefalia de colchón galapagueño y monclovita que haga justicia a tu inestimable aportación a la convivencia y el destierro del odio, contribución al juego limpio y la honestidad como santo y seña del populismo necesario que representas. Eres, Pablo, rey mío, la república que España y Cataluña necesitan, el advenimiento ateo del milagro hispano, la bendición que los españoles necesitamos para ser felices en el guerracivilismo de la cuneta y la memoria selectiva.

Queridos Pedro y Pablo, dioses de la gobernabilidad: os echo de menos este fin de semana, poniendo en su sitio a la prensa libre en los habituales mitines electorales del desparrame. Hay que poner coto a esa prensa crítica de la cloaca que tiene la osadía de contar la verdad, cuando todo el mundo sabe que la única verdad, el único camino, la única felicidad es la que vosotros nos dispensáis. Por el amor de Dios, pero dónde habéis estado hasta ahora sabiendo que España os necesita tanto como a Jorge Javier, espejo del pensamiento autoritario de la nueva España que guiáis hacia la refundación constituyente.

Polígrafo para la política

Si cada vez que Sánchez hace una entrevista en televisión o una rueda de prensa a lo AlóPresidente estuviera sujeto a un polígrafo para distinguir la verdad de la mentira, ¿ustedes qué piensan que pasaría? Si el polígrafo fuera conectado a una bocina del político de turno, ¿sonaría mucho o poco? En su reaparición mediática estelar en la tele de esta semana tras el final del estado de alarma, el presidente del Gobierno ha vuelto a decir una cosa y la contraria con pasmosa facilidad. «Actuamos a tiempo en coronavirus pero tarde con la información que hoy tenemos». «Cifra real de muertos sin confirmar por parte de un Gobierno honesto y transparente». «El caso Dina es un acoso y derribo a la coalición porque la derecha ve conspiraciones en todo». «Habrá subida de impuestos en tramos altos de IRPF sin descartar que afecte a las clases medias y sin confirmar que no aumentará el Iva». Etc, etc, etc. Por cierto, Sánchez hizo propaganda electoral de los candidatos socialistas en plena campaña de Galicia y Euskadi. ¿Es legal? Y confirmados nuevos asesores que no salen de Moncloa: Zapatero, Barroso y Contreras, tres patas para el banco cojo de Redondo.

La vía judicial

La Fiscalía General del Estado de la exministra socialista de Justicia Dolores Delgado trabaja a destajo para informar al Supremo sobre las 51 denuncias y querellas contra miembros del Gobierno por la crisis del coronavirus. En la judicatura hay mucha expectación por ver si «la Fiscalía que depende del Gobierno, pues eso», actúa de parte aunque Delgado se inhiba. Su número dos quiere el control, pero los fiscales del Supremo se niegan. Previsiblemente no recomendará investigar la actuación de Sánchez, pero en aras de la independencia judicial resulta casi imposible que rechace las 36 denuncias y 15 querellas. Las manifestaciones del 8-M, la compra de material y las residencias de ancianos acaparan la vía judicial, con permiso de Simón y su posado motero. También sigue en vía judicial el caso Dina/Iglesias, sin que a Iglesias se le haya visto su habitual y frenética presencia mediática. Dicen que una legión de abogados trabaja sobre la hipótesis de una imputación del vicepresidente del Gobierno por la destrucción de la tarjeta del móvil de su exasesora, aunque él persista en las cloacas de la policía patriótica, de la que responsabiliza a Soraya.

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