Opinión

Carta para Diego

La doctrina Maradona es el obituario de la realidad. Del mejor futbolista de todos los tiempos al peor ejemplo a seguir
Maradona levanta la Copa del Mundo de México 1986. EFE
photo_camera Maradona levanta la Copa del Mundo de México 1986. EFE

EN TIEMPOS de pandemia y crisis siento que estoy en deuda con su leyenda y que le debo unas líneas. Por eso desde el respeto escribo a la mayor inspiración de clase y talento que dio el fútbol hasta este 6 de diciembre de 2020, día de gracia de nuestra Constitución de derechos, obligaciones y libertades. Entrar en el cielo de los mitos es más fácil que salir del infierno de la droga. Pero ni una cosa ni la otra pueden hacer de la errante desgracia de un genio la tumba de epitafios despectivos que ciertos muertos no merecen.

Admirado Diego: quiero decirte que tu lado malo no es el ejemplo a seguir. Pero déjame gritar al viento que por encima de tus pecados en destino tan narcotizado está la felicidad que repartiste. El mundo ya ha honrado tu fútbol igual que ha sancionado tus miserias. Y por eso quiero reconocer tus virtudes sin dejar de reprocharte los errores que amargaron tu existencia y amenazaron tu familia. Una futbolista gallega, Paula Dapena, se negó a homenajearte y se sentó en el césped dando la espalda a tu memoria y a sus propias compañeras. Lo argumentó diciendo que no guarda un minuto de silencio "por un maltratador en vez de por las víctimas". Lo respeto a la vez que te pido disculpas, porque por mucho que la droga pusiera violencia en tu comportamiento, no pareció muy humano afear tu conducta en ese preciso momento de tributo y despedida deportiva. En esta vida hay un momento para todo, incluso para la reivindicación feminista. Pero aún de cuerpo presente, parece un poco excesivo utilizar de forma reivindicativa un duelo obligado por tu contribución a las emociones del fútbol. Del mismo modo, hubiera parecido fuera de lugar protestar por tus amistades políticas, apreciado Diego, siendo como fuiste amigo de dictadores que no respetaron los derechos humanos y cargan a sus espaldas la muerte de muchas personas inocentes.

Querido Diego: la España que tú conociste cuando jugaste en el Barça y el Sevilla no se parece nada a la de ahora. Hoy, este país se mira demasiado en el espejo bolivariano, lo cual ensombrece nuestra democracia y traiciona la Constitución que festejamos y nos define como nación. Tú que con tus goles uniste a Argentina en torno al patriotismo curativo de las Malvinas, comprobarías ahora que en España se humilla la bandera y se fomenta el rupturismo por conveniencia política. Hay un uso innecesario del guerracivilismo, se desentierra a Franco y se fabrica ruido de sables con cacofonías de asonadas imposibles elevando a noticia la barrabasada del Whatsapp.

Diego Armando: Debo decirte que me he empapado de los documentales que glosaron tus hazañas en la selección o en Nápoles, siempre al borde del abismo. Aquel cartel tóxico de vicio y fútbol no impidió tu gloria como futbolista pese a convertirte en un esclavo de la debilidad. Y quiso el destino que hace dos años el balón te llevara a Sinaloa, cuna del Chapo Guzmán y las mafias de la droga mexicana donde volviste a disfrutar del fútbol en el equipo de los Dorados de Culiacán, de segunda división. Hay que reconocer que la gente te quería, y que tu corazón era tan grande como tu genialidad futbolística. Ahí se te ve ya arrastrando la muerte en el andar, con dificultades para vivir debido a la huella de la coca y de la artritis. Pero aun cojo se te veía auténtico y en paz contigo mismo. Aun así, te muestras como ese Dios del balón que fuiste, rezando un padrenuestro a la cubana o predicando el amor y la amistad, hasta tocar con tu zurda maltrecha la última pelota con la que te aferrabas a la vida con esa clase inigualable que te llevó a marcar el gol más puro del fútbol. Ahí se te atribuye una frase demoledora pronunciada entre llantos, de esas que definen a una figura única e irrepetible con tanta grandeza deportiva como humana: "No importa lo bien que yo haga, todavía me siguen juzgando por el mal que hice".

Estimado Diego: Que sepas que muchos te juzgamos por el mal y por el bien que hiciste. Y añado que una vez acabado tu tiempo de partido, mereces respeto igual que cualquier otro ser humano que se va sin las manos manchadas de sangre. Como te habrán contado los ángeles del cielo o los demonios del infierno, en tu Argentina andan ahora en comprobar si hubo negligencia médica en tu muerte inesperada. Ya ves que con esto del coronavirus, la crisis económica de España es la mayor del mundo junto al eterno corralito argentino. Sí, tendremos Presupuestos a costa de traicionar los principios y valores democráticos. Y hasta un hospital de pandemias como el de Valdebebas, pegado a la ciudad deportiva del Real Madrid, es criticado por los mismos que denunciaron los recortes de la sanidad pública y no reconocen la cifra real de muertes covid. Es el resentimiento perverso del odio, el rencor y el fanatismo que ni tú practicaste en 60 años de regates tormentosos. Descansa en paz, Diego. Y como dijo Pelé: menudo partido de superclase se verá cuando todos estéis en la otra dimensión haciéndole goles de fantasía a la propia muerte.

Aló Navidad

EN LOS MEDIOS están al acecho por ver cómo Pedro Sánchez contraprograma el mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey. Felipe VI recibe presiones para que rectifique su discurso contra el golpe separatista en defensa del orden constitucional. Con esa afición al monólogo político, en Moncloa barajan un gran Aló Presidente navideño para festejar la aprobación de los Presupuestos allá por finales de diciembre. El objetivo es hacer un guiño tras la aceptación de los votos de ERC y Bildu, partidos legales que bordean la deslealtad democrática y la ética constitucional. Sobre ese concepto de perpetuidad ideológica gira la estrategia de Sánchez e Iglesias con una visión de instauración de la república a largo plazo. En España sólo se habla ya de cientos de muertos diarios por covid, pero no de los 25.000 no reconocidos por la coalición. Las terminales monclovitas priman la esperanza de una vacuna garantizada por la compra de la UE con el dispensario de 13.000 centros de atención primaria ya existentes. La política ilusión vuelve a casa por Navidad en el mundo ideal subvencionado de SanchIglesias.

Trucos políticos

LA VISITA sorpresa de Sánchez e Illa a La Paz tras nueve meses de críticas a la sanidad pública madrileña sin pisar un sólo centro sanitario anteriormente formó parte del márketing de Moncloa antes de la inauguración del Isabel Zendal, la enfermera gallega que da nombre al hospital de emergencias. La invitación de Ayuso a Illa rechazada por razones de agenda deja en evidencia al ministro filósofo y al presidente monologuista. La excursión a La Paz se gestó en tiempo récord, con la presidenta madrileña ausente por viaje en Barcelona, y con la mediación de la Secretaría de Estado de Comunicación que ha impulsado el ministerio de la verdad oficial. La número 2 de esa secretaría de Moncloa fue jefa de prensa del Hospital de La Paz, lo cual facilitó esa visita furtiva que fue abucheada. En contrapartida a la inauguración de Valdebebas, la izquierda puso en marcha la maquinaria de la protesta callejera sindicada. También se ha activado el inexistente peligro golpista con el chat de los exmilitares que escribieron al Rey para criticar al Gobierno. El filtrador parece un teniente coronel del Ejército del Aire, al que también perteneció el exJemad y jefe de gabinete de Iglesias. Hasta ahí puedo escribir...

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