Opinión

A pasarlo bien

COMENZÓ LA pesadilla. Durante dos semanas nuestro cerebro se sobresaltará con las atronantes melodías de los partidos políticos, que se convertirán en la pesadilla más odiada, por delante de la alarma mañanera del móvil. Aún es más molesto ver a los candidatos hacer rallyes, subir en globo, cantar a Javier Krahe o cocer mejillones, con sus sonrisas envueltas en celofán. Es su sentido de la cercanía y la transparencia democrática. Cuando sean cargos electos se les endurecerá el rictus para defender al imputado o al corrupto, a esos amigos que se han equivocado, pero que tienen un gran corazón, pese a que los confundidos ciudadanos no lo sepamos apreciar. Patear la calle, hacer el indio un par de semanas y chupar mucha tele es la consigna. Valen más dos minutos de ‘caja tonta’ que veinte mitines o las grandes propuestas para combatir la devaluación de las pensiones, la precarización salarial o la inminente desaparición de la clase media. La falta de perspectiva es más terrible si vives en Lugo y reparas que ni el Gobierno, ni tus propios diputados y senadores han hecho nada en tres décadas para ordenar el sector lácteo; si recuerdas que somos la única provincia de España sin Autoridad Portuaria y con los ingresos del puerto de Alcoa invertidos en Ferrol; o si te ves a la cola de la modernización ferroviaria. Cuando te preguntas qué hacen en Madrid, solo se te ocurre decirles: «Ustedes lo pasen bien».

Comentarios