Opinión

El mirlo blanco estaba en casa

Su trayectoria y ser muy conocida avalan a Elena Candia para ir al frente de la lista lucense del PP, lo que no deja de ser una jugada de riesgo. El voto de Lugo centro y A Ulloa se antoja vital en la pelea por la Diputación
Elena Candia, en su toma de posesión como presidenta de la Diputación de Lugo el 24 de junio de 2015. AEP
photo_camera Elena Candia, en su toma de posesión como presidenta de la Diputación de Lugo el 24 de junio de 2015. AEP

LO QUE HACE un par de meses parecía un globo sonda lleva camino de convertirse en una realidad. Elena Candia podría hacer público en unos días que se presenta como candidata a la alcaldía de Lugo. Todos los indicios apuntan a que la presidenta provincial del PP asumirá este reto. Hay dos razones de peso para ello. Una de ellas viene marcada por las encuestas. Candia es la persona más conocida entre los votantes lucenses, a la par que Ramón Carballo, que decidió dar un paso atrás. Ambos cuentan con un elevado grado de conocimiento entre los nombres barajados, superior al 70%, un aval indispensable para encabezar una lista municipal.

Después de la infructuosa búsqueda de un "mirlo blanco", de un empresario, profesional liberal o cargo con tirón, el PP miró hacia sus propios dirigentes y evaluó las opciones de Elena Candia y de Antonio Ameijide como alcaldables, aunque también sonaron otros nombres como Enrique Rozas y Javier Arias, para dejar en manos de la vicepresidenta del Parlamento gallego la decisión de afrontar esta responsabilidad, que tiene sus riesgos.

Además de ser una política conocida, Candia tiene experiencia en la gestión municipal, algo que la identifica con su Mondoñedo natal, pero que puede minimizar el hecho de no residir en Lugo.

Un objetivo cercano


Otro factor estadístico que la ayuda son las proyecciones de voto, pese a que a estas alturas no son sólidas. El PP, con Ciudadanos al borde de la desaparición, se ve con posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta en solitario en una convocatoria municipal a la que llega con el viento a favor y apoyado en el efecto Feijóo, si no se tuercen las perspectivas.

Ya en el 2011, al abrigo de otra terrible crisis que desgastó a los socialistas, los comicios locales se convirtieron en un pebliscito que anunciaba la victoria de Rajoy en las generales. Entonces, el PP lucense superó al PSOE pero se quedó a 400 votos de la alcaldía. De ahí que ahora hayan integrado en el partido a los miembros del Foro Indepediente de Lugo, que entonces les quitaron unos sufragios vitales, y ofrecido el cambio de siglas a políticos de Ciudadanos. De no llegar a la mayoría absoluta, si Vox o Cs lograsen un concejal podrían facilitar también un pacto con los populares.

Para conseguir su objetivo y recuperar el poder en Lugo después de 24 años, el Partido Popular tendrá que luchar con el importante paquete de obras y proyectos ejecutados por la socialista Lara Méndez al amparo de los fondos europeos, así como mantener terreno en la zona rural, donde la alcaldía está haciendo un buen trabajo y los populares deben paliar la ausencia del edil que se encargaba de las parroquias, Manuel López, fallecido en diciembre pasado.

También hay que tener en cuenta al BNG, cuyas concejalías desarrollaron iniciativas que ya podrán disfrutar los lucenses en este año de mandato y se esfuerzan por venderlas, entre ellas las petaonalizaciones. Su futuro alcaldable, Rubén Arroxo, tendrá mucho que decir en lo que no se puede circunscribir a un simple duelo entre candidatas.

Praza Maior o San Marcos


Más allá del poder orgánico que le da la presidencia del partido o la representación institucional en el Parlamento gallego, Candia se arriesga a dar este paso para alcanzar una de las dos alcaldías de grandes ciudades que tiene más cercana el PP. La otra es la de Ferrol. Pero lo hace también para lograr el poder institucional -el matiz es importante-que le daría erigirse en regidora lucense.

En la decisión de Candia pesan también otros condicionantes, como la posibilidad de repetir como presidenta de la Diputación, después de ser la primera mujer que ocupó este cargo, aunque solo fuera por unos meses. De ser investida regidora, el sillón de la Praza Maior no parece compatible con el de San Marcos. También podría darse la paradoja de que no consiguiese la alcaldía, pero sí la presidencia provincial.

La tradición marca que el presidente de un partido lo sea también de la Diputación. Para ejercer de líder real, la opción lógica es hacerse con el sillón de San Marcos, lo que le otorgaría a Candia una influencia directa sobre los alcaldes propios y aumentaría su poder de interlocución ante la Xunta. De ahí las dudas que tuvo la mindoniense entre ser cabeza de lista u ocupar el número dos. Pero no es ahora, cuando lo realmente importante es sumar apoyo electoral, sino después de los comicios, cuando se podría dar el caso de que tuviese que escoger.

Lugo centro y A Ulloa


El distrito de Lugo centro, y en especial los votos de la capital y de Sarria, puede influir de forma clara para decidir la Diputación, después de que el único diputado de A Fonsagrada marcase la mayoría a favor del bipartito PSOE-BNG en los últimos 16 años. Eso sucedería en el caso de que en esta zona un diputado socialista o nacionalista pasase al PP. En los últimos comicios perdió uno el PSOE, pero pasó al BNG y evitó un susto.

En la actual coyuntura coge fuerza la posibilidad de que sea el antiguo partido judicial de Chantada el que ejerza de factor desequilibrante. El PP tiene mayoría en todos los municipios, con la salvedad de Monterroso, y aspira a arrebatarle a los socialistas su único diputado y sumar las dos actas. La ilusión generada por la posible implantación de la fábrica de fibra textil sería una baza a favor.

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