Desde 2012, cuando Logroño fue elegida como primera Capital Española de la Gastronomía, varias ciudades de tamaño pequeño o medio accedieron a este título, que ahora recae en Murcia. También Lugo aspiró a esta designación otorgada por la Federación Española de Hostelería y Restauración y la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo. El PP lucense solicitará al Concello que presente candidatura para 2022 con el fin de revitalizar el tejido hostelero, tan castigado por la pandemia.
Pero, ¿qué ventajas trae este entorchado? La repercusión mediática y el retorno económico que genera es notable. Supone un gran crecimiento hacia afuera, al proyectar la imagen de una capital y una provincia volcadas en el reto de la calidad gastronómica y turística, que se verán difundidas a través de los principales operadores y en plataformas digitales de gran espectro como Booking. Y se crecerá hacia dentro, con una atractiva agenda de ocio para lucenses y visitantes. En Almería, designada como capitalidad en 2019, estimaron que la rentabilidad obtenida equivaldría a una inversión publicitaria de 17,95 millones de euros. Las cifras de León, que le precedió, fueron similares.
Más allá de los balances, conviene evaluar la marca Lugo vinculada a su gastronomía. Un turista hace principalmente tres cosas: visitar lugares, comprar y comer. Esta última es una de las actividades que más valora. A todos nos gusta conocer las cocinas locales y vivir experiencias especiales. Iñaki Bretal, propietario del Eirado de Leña de Pontevedra y socio del Anda y del Lugar de Pascuais en Lugo,me comentó que, ya antes de obtener la estrella Michelin su local pontevedrés, detectó que muchos comensales venían a Galicia para hacer una ruta de restaurantes no de ciudades.
En Lugo no cuenta con el efecto dinamizador de una estrella Michelin, que algún local merece, pero la declaración como Capital Española de la Gastronomía tendría un efecto más repartido en el sector. Tenemos la marca ‘E... para comer Lugo’, aunque hay que mejorar en la estrategia con el apoyo de profesionales cualificados e implicados en esa marca destino. Los cocineros y cocineras son los mejores embajadores. Los chefs lucenses del Grupo Nove exhiben su talento por el mundo sin que rentabilicemos ese prestigio en clave de promoción local como trampolín de futuro.
Poseemos el aval de una variada oferta, desde el restaurante tradicional al innovador, excelentes productos agroalimentarios y un subyugante paisaje. Falta unidad de acción empresarial, sustentada en esos rostros más conocidos, e institucional. Ese es el camino y, como próximo reto, debemos remar juntos para lograr esa distinción que sitúe a Lugo en el escaparate mundial.