Opinión

El pulso vilalbés

La semipeatonalización de la Rúa Pravia y la captación de apoyos en las parroquias se perfilan como elementos claves en los comicios municipales en Vilalba. Pese a que la crisis castiga al PSOE a nivel nacional, el PP no lo tendrá fácil para recuperar una alcaldía de gran valor simbólico, al ser el pueblo de Manuel Fraga. Los socialistas apuestan fuerte con la remodelación de la antigua carretera general. El malestar surgido por el corte de la vía, a raíz del incendio de una casa, parece olvidado. Las peatonalizaciones pasan siempre por tres fases: el recelo ciudadano, la asunción del proyecto y las alabanzas al cambio. Son el futuro, aunque habrá que ver cómo quedan las obras, que comenzarán pasadas las fiestas de San Ramón. Vilalba, como cabecera de amplia comarca ganadera, haría bien en mirarse en el espejo de Ribadeo. Queda, eso sí, un problema de aparcamiento por resolver, tras el cierre del existente por una decisión de sus dueños no exenta de trasfondo político.

El PP se opuso a la peatonalización para situarse ahora de perfil con su abstención en el pleno municipal, lo que supone aceptar la dirección única en la vía, algo obligado ante la falta de espacio para crear el bulevar.

La batalla rural está servida. El PSOE trata de alcanzar mayor presencia en parroquias, su talón de Aquiles, mientras que la ejecutiva del PP incluye a un buen número de representantes de parroquias.

Los socialistas están confiados, con la continuidad de Elba Veleiro como candidata, y el rescate de Eduardo Vidal, que regresó de su retiro para llevarse por delante a Rodrigo Pavón y poner orden en el partido. Aspiran a ser la primera fuerza y al posible apoyo de Vilalba Aberta y BNG, que podrían lograr un edil cada uno. Los populares, tras la retirada de Agustín Baamonde, quedan sin pesos pesados y necesitan atraer el millar de votos que se les escaparon en anteriores  convocatorias locales. Hubo empresarios que se plantearon crear una lista independiente para pescar en ese caladero y actuar de bisagra con los populares. Esa opción, para la que incluso se barajaron cabezas de lista, pierde fuerza.

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