Opinión

Patriofóbicos

HAY UN segmento de la población, de número indeterminado de ciudadanos, que siente aversión a la patria, a cualquiera, a todas. El referéndum de Cataluña no son capaces de verlo nada más que como un movimiento sentimental impulsado por cuestiones económicas. El dinero, siempre es el dinero el que mueve a la sociedad, dicen. Cuando se les dan razones territoriales, culturales, históricas o de costumbres… "¡mandangas!", responden. La mayoría supera los sesenta años, tuvieron cartilla de racionamiento, cantaron 'Montañas nevadas' en el colegio y escucharon los violentos sacrificios que había exigido la patria en la Guerra Civil. Lo que empezó siendo un rechazo visceral es ahora una aversión razonada. Después de tantos años sienten pavor ante las proclamas nacionalistas. Padecen patriofobia. Rechazan las razones identitarias de costumbres, históricas o territoriales como lo harían si fueran religiosas, de color de piel o de pelo. Para ellos el nacionalismo es un sentimiento comparable al de los hinchas de un club de futbol; pero más pernicioso, hay quien está dispuesto a dar la vida.

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