Blog | El Ojo Público

El gurú de las bodas

UNA COMEDIA sobre la boda y sus circunstancias que empieza con el '‘I gotta feeling'’ de The Black Eyed Peas no augura nada bueno. La única posibilidad es que funcione como retruécano totalmente irónico, y que su estilo inmersivo se interprete como un signo retorcido de destrucción desde dentro, como ocurría en ‘'Rec 3: génesis’'. No es el caso. ‘'El gurú de las bodas'’ abre con The Black Eyed Peas porque, en el fondo, pretende dialogar con el que ya pasó por el altar, se enfundó el esmoquin y, sí, bailó el vals, la conga y el ‘'I gotta feeling'’ sin ponerse colorado en toda la noche.

Hay, sin embargo, algunas líneas abiertas en la película que no se aprovecharon lo más mínimo. La primera es la amistad masculina como estadio sentimental complejo e inabarcable; capaz de provocar tensiones en el romance heterosexual y presentado como auténtica conexión entre iguales, y no la que hay en la pareja tradicional. El protagonista de ‘'El gurú de las bodas’' es un joven con éxito profesional pero un fracaso para las relaciones sociales. Va a casarse con una Barbie con la que nunca soñó ni dirigirle la palabra, y ante la ausencia de amigos reales a los que llevar de cuadrilla, contrata al padrino perfecto, el único capaz de darle a tu vida el trasfondo de diversión y camaradería que se necesita representar en todo bodorrio.

Y ahí está la segunda posibilidad desaprovechada. Jeremy Garelick juega con el concepto matrimonial de la representación (parecido al de ‘'Perdida'’, la novela de Gillian Flynn llevada al cine por David Fincher). Si la boda es un rito en el que debe cumplirse una serie de obligaciones entre lo festivo, lo romántico y lo social, ‘'El gurú de las bodas'’ casi lo lleva a sus últimas consecuencias, fingiendo absolutamente todo; tomándose la boda entera como un teatro donde cada uno representa su papel. Se representa el brindis con un guion trenzado de recuerdos falseados; la despedida de soltero con un desmadre teledirigido; y los sentimientos de los novios con unas tarjetas copiadas del último micropoeta con cuenta de Twitter.

Pero lo que debería ser una ginkana del destrozo emocional y las dudas ante un bromance heterosexual -como lo fue la gran ‘Supersalidos’- se queda en una versión ‘low cost’ de ‘'Resacón en Las Vegas'’. Una comedieta puramente masculina -pero de una masculinidad rancia- que solo levantará alguna carcajada a los fans de Florentino Fernández, voz del doblaje del gurú y, sin duda, lo poco salvable de toda esta astracanada.

Título: The wedding ringer.
Director: Jeremy Garelick.
Reparto: Kaley Cuoco, Josh Gad, Kevin Hart.
Calificación: 1 / 4

Comentarios