Opinión

Talando el futuro

LA APLICACIÓN de las leyes emparenta con los mandamientos en que su perfección y cumplimiento están sujetos a un tópico sobre los gallegos. ¿Son inamovibles y han de cumplirse sí o sí? Pues depende. De hecho, creo haber leído que España es el país europeo con mayor número de leyes. Les sorprendería saber las que no se cumplen. La mayor parte de ellas, ante nuestras propias narices.

Ya que estamos metidos en harina, busquemos por ahí algunos ejemplos facilones. Y por cierto, por si alguien está patinando: no se leerá aquí nada de Cataluña, que sobran opinantes de tres al cuarto sin tener que añadir uno de ocho cuartos. Pues eso, que cuando nuestros vecinos de la zona interior de la provincia vienen a visitarnos seguro que quedan pasmados ante los incumplimientos flagrantes de la Ley de Costas en muchas zonas. Algunos son tan escandalosos que hubo que tirarlos. ¡Tirarlos! Que para que en España se tome una medida así la cosa tiene que ser gorda de verdad. O justo al revés: una insignificancia cuya aplicación no implica, en realidad, nada de nada.

Ya les anticipo que habrá un derrumbe en este apartado en la comarca de A Mariña que sí se hará famoso. Pero haciendo de Mayra Gómez Kemp, hasta aquí puedo leer.

De vez en cuando les sacamos aquí incumplimientos legales del Sergas que se reflejan en sentencias por las que es necesario pagar un dinero que no suele compensar los daños.

Hay jueces que dicen de otros jueces que no aplican correctamente las leyes al menos en materia de violencia machista y, lamentablemente, a veces aparecen casos de asesinatos que les dan la razón.

Como no sabemos nada relacionado con leyes de consumo nos cuelan todo tipo de goles en etiquetados delirantes e incomprensibles. Con esto seguro que también se identifican.

Lo de las leyes medioambientales es de risa. Hay vertidos que claman al cielo. Hace ya muchos años (poco menos de veinte) en este mismo periódico llegamos a publicar una fotografía de una cisterna vaciando el contenido de una fosa séptica junto a una ría y nadie movió un dedo. Aquello fue de traca.

Y llegamos a la cuestión: la legislación que obliga a separar los eucaliptos o pinos de las casas. ¡Ay amigo! Eso va directamente al bolsillo. Pero todavía va más al bolsillo cuando como consecuencia de plantar los árboles junto al salón pasa lo que pasa.

El alcalde de Ribadeo se convirtió el otro día en el primero de Galicia en anunciar que a partir de ahora, como la Xunta de Galicia no hace nada al respecto, asumirá el cumplimiento estricto de la legalidad al respecto: requerimiento a los propietarios para que talen y, de no hacerlo, lo mismo que está haciendo con edificios en mal estado en el casco viejo. O sea, el Concello los arregla y luego pasa la factura. Traducido: el Concello talará los árboles y cobrará de forma subsidaria.

Esto, es fácil adivinarlo, no le va a granjear voto alguno. Más bien se los va a restar. Bueno, pues hay que decir que es un auténtico ejercicio de valentía y responsabilidad. Créanme si les digo que me gustaría que nunca llegase el día en el que aquí mismo, o el propio alcalde, tengan que reivindicar esa medida diciendo aquello de: ya se lo advertimos. Nadie quiere desgracias.

Pero como las desgracias pasan. Y en cosas así, si no pasan hacen que pasen, es mucho mejor estar prevenido para que luego no ten pillen con el pie cambiado.

Hace ya muchos años que la Consellería de Medio Rural hace dejación de funciones con este asunto. Es una crítica a los que durante cuatro años estuvieron en el bipartito, pero mucho más directa a los de ahora, que gobernaron todos los años de democracia salvo seis, así que creo que en esto la aplicación de la proporcionalidad temporal está bastante clara.

Una vez anunciadas estas actuaciones, verán la que se va a montar. No me extrañaría que esto se cumpliese en otras zonas con alcaldes echados para adelante. Que nadie dude ni por un momento que Fernando Suárez lo va a cumplir. Por un lado le sobran arrestos y por otro siempre fue muy aficionado a los golpes de efecto, que hasta el momento siempre le salieron muy bien, como se puede ver en la conformación de la corporación.

Me encantaría que alcaldes del PP con amplias zonas rurales hiciesen lo mismo, porque significaría desnudar una situación intolerable que, cuando se desmanda, sirve para que nos echemos las manos a la cabeza. Debería servir también para que reflexionásemos y tomásemos medidas.

EL GUSTO Unas fiestas que demuestran su gran poderío

DEBE DE ESTAR particularmente contenta Elena Candia de cómo le salieron las fiestas de As San Lucas de Mondoñedo este año. No solo mantuvieron el poder de convocatoria, algo que por otra parte les sucede casi siempre, sino que además consiguió que los actos que se celebraron fuesen realmente de relumbrón y con mucho tirón. El concierto de Medina Azahara fue una muestra de ello y de cómo es posible realizar una programación festiva con imaginación. Por otro lado, la ciudad reivindica su historia y sus hondas raíces culturales con otros actos que no desmerecen a las orquestas que los visitan.

EL DISGUSTO Una reunión que no sirve absolutamente para nada

DESPUÉS DE la indescriptible reunión de responsables de Renfe con alcaldes mariñanos y de A Coruña de municipios por los que pasa el tren de Feve, no queda otra que admitir que no hay interés alguno porque ese medio de transporte funcione. En lugar de enviar a alguien de peso como Juan Alfaro, que la ocasión lo merecía, enviaron a una gente que reivindicó medidas tan geniales como la instalación de máquinas de gominolas, patatas fritas o refrescos en las estaciones. De verdad que esto no es serio y que, como se dijo aquí, para oír eso, es mucho mejor que le echen ya el cierre.

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