NO ES un referéndum, solo se trata de una encuesta. El PP de Lugo quiere pulsar la opinión de los lucenses para que, entre una terna de nombres, elijan al que consideran que podría ser mejor candidato a la alcaldía lucense. Los nominados por los que preguntan al otro lado del teléfono los encuestadores son, por este orden: Antonio Ameijide (portavoz del grupo municipal; Ramón Carballo (subdelegado del Gobierno), y José Manuel Balseiro, (delegado de la Xunta en Lugo).
El sondeo, que al parecer se inició el jueves y fue suspendido el mismo día a la espera de que se incluyan nuevas preguntas sobre las cuestiones que preocupan a los lucenses, ha cogido por sorpresa a algunos militantes y simpatizantes populares que daban por hecho que, tras haber sido elegido nuevo líder del PP local, Carballo iba ser llevado en volandas a la campaña de las municipales de 2019. Y es que esta consulta demoscópida podría ser entendida como un intento de saber si los otros dos nombres citados podrían ser una alternativa fiable en caso de que el subdelegado desista de afrontar el reto de ser alcaldable.
Desde el partido se trata de sacar hierro a esta consulta y se asegura que ya hay en marcha o previstas otras similares en ciudades y grandes poblaciones gallegas, y que se tratarían de las típicas encuestas internas que suelen hacer las formaciones políticas para conocer el nivel de popularidad de sus cargos o para saber cuáles son las prioridades de los ciudadanos de cara elaborar el futuro programa electoral.
Sin embargo, la consulta ha generado suspicacias por la introducción del nombre de Balseiro, ya que hasta ahora las quinielas apuntaban a que Ameijide, en su condición de portavoz municipal, era el alcaldable alternativo en caso de renuncia de Carballo. El caso es que la aparición del delegado de la Xunta en la encuesta no se sabe bien si es para despistar o para comprobar qué efecto está teniendo entre el electorado la campaña de autopromoción que activó desde su llegada a la delegación, con comparecencias ante los medios a diario que han desatado el nerviosismo en las filas socialistas.
La opción de Balseiro, que fue concejal en Cervo y llegó a coincidir en la corporación mariñana con la actual alcaldesa de Lugo, tendría sin embargo pocos visos de prosperar, según explican algunos militantes populares.
Al margen de esta terna quedan nombres que llegaron a sonar en su día para alcaldables, como el viceportavoz municipal Enrique Rozas, quien tras haber recuperado la dedicación exclusiva al Concello que le retiró Jaime Castiñeira se daría por satisfecho con volver a formar parte de la próxima candidatura en puestos de salida.
Tampoco se ha incluido a ninguna mujer, a pesar de que la principal rival en 2019 será una alcaldesa que, tras un aterrizaje inesperado en el cargo, ha conseguido mantener un gobierno en precario y en dos años hasta parece haber hecho olvidar los cuatro mandatos de José López Orozco.
Deuda a cero
Lugo liquidará toda su deuda con los bancos si, como pretende el gobierno, el pleno aprueba destinar 4,7 millones del superávit a saldar los créditos pendientes. Con los intereses bajo mínimos, no tendría por qué ser urgente pagar los préstamos, pero lo cierto es que la ley obliga a los concellos a amortizarlos si tienen remanentes. Mientras, BNG y Cs lamentan que lo que se paga de deuda se deja de invertir en la ciudad.
Solución a un feísmo
Patrimonio autorizó la modificación del Pepri que servirá para edificar la amplia parcela que hace esquina entre San Roque, Ronda, Carril das Frores y Montero Ríos, que acabará con el feísmo que se divisa desde la muralla y con la peligrosa pasarela que provisionalmente se instaló hace 25 años. Eso sí, quedan muchos feísmos que eliminar para que la postal del centro sea propia de una urbe Patrimonio de la Humanidad.
Caballero mandó parar
La gestora del PSOE de Lugo no logró colarle al nuevo líder autonómico el calendario para renovar la dirección y que contemplaba las elecciones primarias el 26 de noviembre. Gonzalo Caballero mandó parar y esperar a que esté conformada la nueva ejecutiva del PSdeG, que, seguramente, querrá tutelar el proceso a nivel provincial, en el que se volverán a enfrentar besteiristas y críticos, ahora ya oficialistas.
