Opinión

Os Ancares

LOS VECINOS de Os Ancares son duros y resistentes. Pero los incendios de hace una semana no son una prueba a la medida humana. ¿Cómo, de qué vivir cuando se pierde todo, hasta el paisaje? ¿Cómo seguir adelante con las hierbas, los árboles, el mismo suelo calcinado y hasta, a lo peor, la propia casa? Y sin embargo hay que vivir. Toda ayuda será poca. Y también están los animales. Los domésticos, dependientes de quienes ya nada o casi nada tienen, y que ni pueden alimentarse en un desierto negro. Y los salvajes, tantos calcinados, tantos vagando alucinados hacia una muerte lenta y terrible. Es indispensable una acción urgente y generosa para paliar tanta desgracia.

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