Opinión

Mucha policía, poca diversión

Los políticos lucenses no creen en aquel himno punkie de Eskorbuto y piden más efectivos


CANTABAN LOS punkies de Eskorbuto "Mucha policía, poca diversión... un error, un error", a principios de los ochenta cuando yo desterraba definitivamente el pantalón corto, en una época en que la presencia de uniformados armados en las calles era todavía un símbolo de represión y autoridad no siempre respetuosa de los derechos fundamentales.

Claro que desde entonces hemos evolucionado y ahora cuando vemos concentraciones de agentes de la ley o son en la cafetería del Hula durante el cambio de turno de noche o en protestas ante los edificios oficiales para pedir más soldada.

Pero aunque a veces los sucesos en Lugo copan las portadas de los periódicos y abren informativos de televisión, lo cierto es que el destino policial en la capital lucense es de los más codiciados, bien porque los delincuentes son suficientemente conocidos o porque si un día se alguien se decide a alterar el orden, avisa con tiempo para prepararse, como los ganaderos—tractoristas.

Aun así, el Concello aprobó en el pleno de esta semana una moción del grupo municipal de Ciudadanos en la que demanda del Gobierno central el aumento de la plantilla de la Policía Nacional en Lugo, la creación de una Unidad de Prevención y Reacción —una especie de antidisturbios que pregunta antes de aporrear— y la construcción de una nueva comisaría. Todos los grupos apoyaron la propuesta y solo el BNG ponía reparos al considerar que Lugo tenía otras prioridades, aunque lo cierto es que mientras los ediles debatían, los grupos de whatsapp de padres de alumnos ardían con la imagen de un violador y asesino recién salido de la cárcel campando a sus anchas por el botellódromo de la Praza da Constitución.

Antes de la votación de la iniciativa, de la que se ausentó el edil de Lugonovo Iñaki García, quien alegó que sufrió un fuerte dolor de muelas —no se sabe si provocado por la decisión de su grupo de apoyar tal moción—, la alcaldesa aprovechó para hacer una postilla a las intervenciones de los portavoces y reivindicar que Lugo es una ciudad segura, a pesar de lo cual pidió más uniformados en las calles de la ciudad.

Pero por si quedase poco claro que los políticos de Lugo no están para nada a favor de la proclama de Eskorbuto, el PP propuso además esta semana la creación de una comisaría de la Policía Local en la zona norte, justificándola en parte por la alarma que han generado en A Milagrosas los pisos ocupados, el trapicheo descarado que algunos practican a plena luz o las trifulcas nocturnas que derivan del exceso de ron y aguardiente colombiano en los locales latinos de la zona. Solo faltó pedir que al frente de esa comisaría se colocase al personaje que encarnó Paul Newman en la mítica película Distrito Apache: El Bronx.

Puede que Lugo, por población, necesite más agentes de la ley, pero en tanto no se atiende la demanda siempre habrá policías locales dispuestos a hacer horas extra cuando haga falta, eso sí cobrándolas ahora un 40% más y el doble en festivos.

Votos contados
Ana López Pombo no pudo asistir por un problema familiar al pleno del jueves y, como los votos están contados, su ausencia facilitó la aprobación de facturas cuyo pago había sido bloqueado por el PP desde febrero. Aliviado quedó el gobierno, que dejará de quedar como moroso con esos proveedores, y también el PP, al que ya le pesaba el veto a los pagos a asociaciones como Cantigas e Frores, Lugo Rock o Amigos de Guntín.

Derecho a intervenir
Los portavoz de Ace—EU y PP se quejaron amargamente al final del pleno de que la alcaldesa aproveche su derecho a intervenir en cualquier momento de la sesión para cerrar el debate de algunas mociones y dar la réplica política a la oposición. El recurso, que también utilizaba a menudo su antecesor, puede dejar en evidencia a sus compañeros de grupo y dar la impresión de que no supieron defender sus posicionamientos.

De fiesta en fiesta
Lugo inicia una nueva edición de las patronales de San Froilán en las que esta celebración podrá demostrar su poder de convocatoria frente al que algunos quieren colocar como su principal oponente, el Arde Lucus. Sin embargo, cada una de estas fiestas tiene su propia identidad y aunque la celebración romana se popularizó en tres lustros, al San Froilán le avalan más de 260 años de historia.

Comentarios