Opinión

Le sugiero silencio

EL ACTIVISMO de los Derechos Humanos se ha visto seriamente amenazado en las últimas semanas. Sobre todo, en las últimas horas. Se trata de un repudiable intento por acallar voces de denuncia, de justicia, de solidaridad. Helena Maleno Garzón, una persona de incuestionable referencia en el proyecto Caminando Fronteras, al que se han adherido más de setenta organizaciones, viene sufriendo continuos episodios de intento de intimidación y diversas agresiones por describir, casi a diario, la cruda y áspera realidad que acontece en el Tarajal (Ceuta), Beni Enzar (Melilla) así como la continua partida y llegada de las numerosas pateras que persiguen territorio europeo. Es decir, comparte su voz con quienes no la tienen. Entrega su dedicación a los miles de seres humanos que huyen de la guerra, de la represión, de la discriminación o de la pobreza y deciden jugarse la vida a una carta. Bien sea por mar o bien sea por tierra. En una búsqueda desesperada por encontrar la sombra de la esperanza. Desde hace años, buena parte de sus energías están siendo destinadas a evidenciar una de las mayores vergüenzas que tratan de esconder los Estados de España y Marruecos: el trato vejatorio y contrario a los Derechos Humanos que padece cada uno de los inmigrantes que asoma la cabeza por la frontera entre África y Europa. En acusar a ambos países de protagonizar una obsesiva actitud por tapar debajo de la alfombra uno de los mayores fracasos humanitarios y políticos de los todos los tiempos.

Pero, tras varias semanas de avalanchas de personas subsaharianas que lograron cruzar de un lado a otro a la carrera y sin la documentación exigida, Helena comenzó a recibir una serie de mensajes a través de la red social Twitter y llamadas al móvil personal con el objetivo de atenazar el altavoz que reivindica una mejora de las condiciones y el recibimiento de quienes suplican una oportunidad. Ella reveló que el trató en las Fronteras Sur estaba incurriendo en altas dosis de racismo y xenofobia institucionalizada. Tras esto, fue atacada por su condición de mujer, con alusiones a una posible violación en futuro de continuar en la misma línea informativa, hasta llegar a publicar la fotografía de una pistola y una bala con el mensaje "le sugiero silencio. O va a morir. Está incomodando a las autoridades". Con estas censurables y casi delictivas formas se trata de acorralar y amilanar a personas comprometidas con el amparo de quienes no lo tienen y navegan sin rumbo, a la deriva, por los mares de la insolidaridad y la injusticia de Estado. Así que por favor exigimos el silencio inmediato de las amenazas porque, a partir de ahora, en nuestra misión también incluimos #defenderaquiendefiende.

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