LA CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) indaga el porqué de la máxima subida anual de la luz entre las siete y las ocho de la tarde del pasado lunes, de 124 a 182,54 euros megavatio/hora. Afecta a casi doce millones de hogares y pequeñas empersas con tarifa regulada. Este indagar suena a repetido. Nada ha resuelto. Sucede lo mismo con los precios de los combustibles. Indagan pero ni aclaran ni resuelven. ¡Menos mal que la tarifa está regulada!
Entre el sí y el no
La ministra de Agricultura y Medio Ambiente estima que "el gran debate" sobre incendios no radica en quién apaga el fuego, sino en quién lo prende. Si realmente se quiere dar con el problema, al argumento de la ministra le falta una segunda parte: por qué lo hace quien lo hace. No sabemos nada. Centrar la cuestión únicamente en adjetivos más o menos duros para reflejar la maldad de la acción es un ejercicio tan estéril como la instrumentalización partidista que se hace con los incendios. La manifestación del fin de semana en Santiago está en esa vieja línea. ¿Se trata de buscar solución a un problema cronificado, con unos u otros en el poder, o se trata de desgastar al que ocupa la Xunta? Las consignas de la manifestación y la primacía de la simbología partidista no daban lugar a duda. En cuanto a la intervención de la ministra ayer en uno de esos desayunos informativos aparece como contradictoria. Por una parte, anuncia una nueva estrategia que "está muy avanzada", que contó con "todos los ámbitos" del sector forestal para hacer al tiempo una defensa cerrada, que no admite cuestionamiento de la actual política. Quizás debería hablar con el actual presidente del Consejo de Estado, el gallego Romay Beccaría, que practicó una política eficiente frente al fuego cuando ocupó la Consellería de Agricultura e Montes. Y quizás también para recordarle que la política forestal es competencia autonómica.
