Opinión

El PSdeG sigue sin existir

DESDE ESTE DOMINGO el socialismo gallego tiene un secretario de política municipal para las parroquias de abajo y otro, para de las arriba. También cuenta con uno que se ocupa de las del oriente y otro, de las del poniente. Y hay un quinto, teórico coordinador de los anteriores, encargado de las de en medio y que puede acabar siendo el responsable de la nada. Y ahí, en el casi vacío, siguen estando las coordenadas actuales del PSdeG, pues, por si no fuera poco, hay otros cuatro responsables de la acción de los alcaldes y concejales del partido, los secretarios de política municipal de cada una de las cuatro ejecutivas provinciales, que aparecen como los titulares genuinos del cargo, porque, salvo en Ourense, cuentan con el paraguas caciquil de los presupuestos de las diputaciones.

La política es el juego de la silla, porque hay más monos que asientos, decía ese filósofo que era Juan Fernández García, el fundador del OAR Ferrol y el conselleiro al que Fraga mantuvo tres años en el puesto después de que se supiese que durante varios ejercicios no había pagado el IRPF. En esa época, los años 90, Paco Vázquez creó escuela al intentar resolver el problema de los monos poniendo tantos sitios donde sentarse en la dirección del PSdeG que casi diese igual estar dentro o fuera. Y Gonzalo Caballero, Caballero II (el rebelde), mantuvo este domingo la consolidada tradición de su familia de inspirarse en el caudillo coruñesista al formar una dirección mastodóntica, con, por ejemplo, tres vicesecretarios, algo por cierto nunca visto.

Si no conquista alguna provincia o, sobre todo, si no cambia la actual estructura de cuatro baronías territoriales, Caballero II (r) puede perderse en el vacío

No es que vaya a importar mucho en la práctica que haya uno o cinco responsables de política municipal, pues de varios de los que pasaron últimamente por el puesto, como el actual barón coruñés y uno de los grandes derrotados del congreso de este domingo, Valentín González Formoso, se carece de evidencias de que hiciesen algo más que exhibir en público su cargo.

Lo relevante de las cinco sillas reside en que expresan el drama del partido y también uno de los motivos que han permitido el milagro de que el otrora eterno líder del minoritario sector crítico, Caballero II (r) se estrene este lunes en el despacho principal de la sede la compostelana rúa do Pino.

Hace ocho años el PSdeG empezó a dejar de existir como tal, como una organización gallega autónoma con capacidad de actuar en todo el territorio de Galicia, o por lo menos en la mayoría de él. Desapareció cuando la anterior estructura comarcal dio paso a una provincial que se había aprobado en 2008, en los tiempos de José Blanco como amo y señor del aparato de la calle Ferraz, para debilitar el omnímodo poder de Emilio Pérez Touriño como emperador de la compostelana colina de Monte Pío. El PSdeG se apartaba así del modelo territorial que mantiene el BNG y optaba por el que contribuyó a hacer explotar a la UCD gallega y también por el de la más exitosa maquinaria política de la Galicia contemporánea, el PPdeG.

No sin dificultades los populares han mantenido en pie un aparato central gallego gracias a que desde 1981, salvo en dos paréntesis de en total seis años, siempre han controlado la Xunta, de la que precisamente acababan de salir los socialistas cuando crearon las cuatro organizaciones provinciales que fagocitaron a su ejecutiva nacional. Si alguien pensaba que la elección de Gonzalo, el primer secretario general del PSdeG desde Touriño que no es un barón provincial, iba a suponer un punto de inflexión, esas cinco sillas mostraban lo contrario, pues, además de la del teórico coordinador, Iván Puentes, las restantes se reparten por territorios, en las que se sentarán los alcaldes de Ames, Vilagarcía, Burela y O Carballiño.

El PSdeG ya no es capaz ni de tener un único responsable de su política municipal en Galicia. Para solucionar el problema la fórmula del nuevo secretario general consiste en recuperar las comarcas, mientras intenta negociar con la dirección central del PSOE un vaciamiento de las provincias, al que sería proclive el secretario de organización, José Luis Ábalos, procedente de la otra federación, la valenciana, en la que existía un modelo igual al gallego. Pero de momento la superposición de las dos estructuras amenaza con agravar todavía más las guerras tribales de los últimos años, justo cuando los secretarios provinciales van a ser elegidos en primarias, lo que les conferirá una añadida legitimidad.

En este panorama los congresos provinciales de los próximos meses van a ser cruciales para Gonzalo sobre todo los de A Coruña y Pontevedra, pues, mientras en Ourense y Lugo puede llegar a acuerdos con los respectivos cacicatos, necesita que al menos una de las dos provincias atlánticas no esté en manos de sus rivales. Lo natural sería que la más propicia para Caballero II (r) resulte la suya, la de Pontevedra, donde ahora mismo manda su tío, el alcalde de Vigo, Caballero (I). Así que la guerra familiar va a continuar. Y tras el congreso de este fin de semana el nuevo líder del PSdeG la va a afrontar con las heridas que deja su poco generosa integración del sector de su ahora socio Xoaquín Fernández Leiceaga, quien, como siempre, sólo se ocupó de solucionar lo suyo.

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