A BABIECA lo dejaron herrando y el Cid se ha subido a lomos de Piolín para cargar contra las tropas de Wilfredo el Velloso y sus "fills, això vol dir catalans"*, que cabalgan sobre coches de la Guardia Civil plagados de pegatinas con esteladas. De la contienda de estos dos personajes, ya de por sí mitificados, nacerá una nueva leyenda: la del ridículo histórico que están haciendo Govern y Gobierno.
La disputa en Cataluña se ha instalado tozudamente en el Medievo, donde al contrario de lo que nos hacen creer las películas, las operaciones campales eran limitadas y excepcionales, por mucho que se desplegasen para acongojar cientos de hombres que, hoy en día, andan acuartelados en "zulitos guapos" o sentados frente al TSJC. Por entonces y como ahora, la cosa dependía de asediar mucho y bien y no tanto de las espadas. Aquí, se asedia señalando ante la Fiscalía o con un póster con la cara de los traidores colgado en una plaza. Tantos recursos andan dedicando a tan innobles tareas que nadie se ha puesto a buscar dónde se incardina el punto intermedio entre el "ens roban" y el "a por ellos", que sería la única salida digna para todos.
Pero no se agobien, que esto tiene un disparatado lado bueno si sigue empeorando. El día que Kim Jong Un y Donald Trump declaren la III Guerra Mundial, España podrá volver a esquivar su entrada alegando, otra vez, que se encuentra inmersa en una Guerra Civil. Algo bueno tenía que tener haber olvidado nuestra historia... Ahora, podemos repetirla.
*Expresión popularizada por Serafí Pitarra durante la Renaixença
