Opinión

Un problema abierto

EL ESCENARIO queda muy abierto en Cataluña y en España. La mayoría de los independentistas en escaños, aunque en votos no, significará que el conflicto sigue abierto tras las elecciones en Cataluña. Las valoraciones que ayer realizaron desde Junts pel Sí, Artur Mas, Junqueras y Romeva así lo evidenciaron. La euforia de ser ganadores de las elecciones —63 escaños— les llevó a enviar varios mensajes más que discutibles y que apuntan a la línea inmediata de debate. En términos de interpretación plebiscitaria, la victoria para el sí a la independencia no la reflejaron los electores con esa altísima participación que se registró. Como plebiscito, el sí ha perdido, aunque los independentistas de Junts pel Sí y la CUP sumen mayoría en el Parlamento y puedan poner en marcha la "hoja de ruta" de Mas, con el objetivo marcado de la independencia. Un plebiscito se mide únicamente en votos. Y si a eso era a lo que convocaba Artur Mas, ha perdido. Los votos no han dicho esos mensajes que transmitieron los tres líderes de Junst pel Sí. Quiere decir que, con probabilidad, el conflicto se intensificará en los próximos días y en los próximos meses. El independentismo pierde en votos. Quiere decir que seguirán dando pasos en la dirección de ese ‘sentimiento popular’ al que recurren como argumento de sentimiento y no de razón. Se acentuará la división de la sociedad catalana. Los votos muestran una sociedad dividida en el test al que la llevó y alimentó Artur Mas. En los resultados de ayer en Cataluña hay, en clave de partidos, perjudicados varios y ganadores. Unió, un partido histórico, desaparece en estas elecciones. El Partido Popular cosecha un muy mal resultado a pesar de colocar un candidato de ‘tono alto’. El PSC no remontó. Iglesias mostró, con sinceridad, la decepción de Podemos. Y, frente a PP y PSOE (PSC), Ciudadanos casi triplica sus escaños.

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