Opinión

Tractores

La cadena de manifestaciones y protestas por el bajo precio de la leche a los productores llega a las calles de Lugo. Y continúa. La respuesta ha de ser estructural e implica desde la producción a la relación de esta con la industria, la generación de valor añadido, la comercialización y hasta debería atreverse con formas de verticalidad que aporten la participación del sector en todo el proceso. El cooperativismo, con concepción empresarial, como ha sucedido con éxito en otros sectores, no debería verse como algo del pasado. En cualquier caso, las salidas son más complejas y necesitan continuidad más allá de la oportunidad política del momento. Si toda la esperanza de salida del sector lácteo se sitúa en la respuesta de las administraciones públicas es muy probable que se asista a un aplazamiento más del problema y a una frustración más para los productores reales. Las administraciones tienen responsabilidad y obligación de acompañar en la construcción de salidas sólidas. La llamada a los consumidores para que compren leche de Galicia es lógica. Nada tiene de autarquía sentimental ni de chauvinismo político. Es contribuir a existir.

Conciencia

No son suficientes las expresiones de dolor e indignación ante la foto del cadáver de ese niño sirio que murió ahogado cuando su familia intentaba alcanzar la isla griega de Kos. Esa foto es la imagen de la insensibilidad humana en Europa frente al drama de los refugiados. También en este finisterre europeo. Es la expresión de que los valores esenciales y la conciencia moral, individual y colectiva, están alejados de las mesas, las cumbres y la calle. Frente a las argucias de racionalidad para ocultar la responsabilidad de humanidad hay que situar valores innegociables, que nos deberían definir como europeos. No es la respuesta el gasto en militarización de las fronteras de Europa para frenar a los refugiados de la guerra y del hambre.

Comentarios