UN TERRITORIO singular por su belleza paisajística y su riqueza arquietctónica, que abarca 22 concellos de las provincias de Lugo y Ourense, es Ben de Interese Cultural (BIC). El decreto de esta declaración salió del Consello que la Xunta de Galicia celebró ayer. Se trata de un paso previo y necesario para que la Ribeira Sacra pase a formar parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Es motivo de celebración esta declaración BIC con la mirada en ese objetivo final. La Xunta destaca que en su gestión logró reducir de dos a un año el plazo de tramitación para esta declaración BIC. Ojalá la tramitación para el reconocimiento por la Unesco encuentre una respuesta eficiente similar. La Ribeira Sacra como Patrimonio Mundial de la Unesco interesa a los municipios directamente afectados, al conjunto de las provincias de Lugo y Ourense y al conjunto de Galicia. La Ribeira Sacra en su singularidad ha de entenderse como un polo fundamental para la atracción de un turismo de calidad hacia Galicia. El modelo de apoyo a las inversiones y al desarrollo que se adopte a partir de sus recursos naturales y ha de respetar esa singularidad paisajística y arquitectónica. Son esos los recursos económicos, generadores de empleo y riqueza. La potencialidad económica radica en el paisaje, que incluye por supuesto sus viñedos como recurso, y su patrimonio arquitectónica. Son estas las líneas a respetar en toda la acción que se lleve a cabo en estos municipios que conforman la Ribeira Sacra y en el apoyo a las líneas de inversión. Será necesario que los vecinos de estos concellos perciban desde ya los efectos dinamizadores de esta declaración BIC y del objetivo de Patrimonio Mundial. Estamos con la Ribeira Sacra ante la gran oportunidad de presentar un modelo que mejora la calidad de vida, asienta población, genera riqueza y empleo y todo ello desde el asboluto respeto, que no inmobilismo, al medio natural y patrimonial.
