ENTRAMOS HOY jueves en el núcleo central de la Semana Santa para los católicos y para una tradición de celebraciones públicas en muchas localidades de Galicia y de España. Estos días son de vacaciones para muchos y son también de contenido religioso para muchos. Es compatible la aconfesionalidad del Estado, una sociedad laica o secularizada, y las formas de expresión pública de los creyentes como realidad social que son dentro del conjunto. La fe y las creencias pertenecen al ámbito personal y privado pero en su dimensión social, de suma de individualidades, está en su pleno derecho a expresarse públicamente, sin con ello condicionar las normas y los valores que son válidas para todos. Pero es que, además, en el caso de la Semana Santa hay un valor de tradición, de expresiones públicas de religiosidad en las que participan y se implican de una u otra forma muchos ciudadanos que no son practicantes. Y, finalmente, muchas expresiones de la Semana Santa en las calles son un recurso para el turismo que quienes gestionan el interés público no pueden ignorar. En síntesis, la privacidad de las creencias religiosas no presupone la negación de sus expresiones públicas y del derecho a las mismas. El respeto a las expresiones culturales de una sociedad implican también estas celebraciones religiosas.
Normalización
La presencia del presidente Obama en Buenos Aires es el sello de la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Argentina. El fin de los Kirchner en el poder sitúa a Argentina en otro marco de relaciones, al margen de los populismos y el recurso al enemigo exterior que caracterizaba las respuestas de la última mandataria, Cristina Fernánde. Un nuevo talante de respeto y relaciones comerciales de interés para las partes, entre los países latinoamericanos y EE.UU.parece asegurado si la sucesión de Obama en la Casa Blanca tiene color demócrata.
