Núñez Feijóo en campaña en Lugo, y con Ana Pastor al lado, formula una promesa electoral: el viaje en tren desde Lugo a Madrid en tres horas si Rajoy continúa. Pueden admitirse hasta cuatro. La salida de Galicia en Ave pasa por Ourense. La realidad es la que es. Pero para llegar de Lugo a Ourense es necesario acelerar las obras en la línea férrea y no renunciar a la autovía de Guntín a Ourense y/o al desdoblamiento del actual corredor Nadela-Monforte, que permita acercarse al Ave en coche. No ha sido un acierto, para este y otros objetivos comarcales, el trazado de la actual autovía Lugo-Santiago. Volvamos al tren, ausente de momento en Lugo. La promesa de Feijóo llega en arranque electoral. Ya se sabe. La oposición castiga además en Lugo por ese frente: la marginación, el descolgamiento de Lugo de la modernización del tren en Galicia. Pero ese anuncio, pasado el 20-D, debería retomarse para formular un planteamiento común, exigible y viable, para que Lugo quede unido al Ave.
Males que no se corrigen
Es falso que se haya puesto remedio a algunos de los grandes males que descubrió la crisis que aún continúa. Si Abengoa, en preconcurso de acreedores, "supera todos los vicios de las empresas" que cotizan en el Ibex (Economía Digital), alguien debería dar explicaciones. ¿Qué cambió realmente en los comportamientos de los controles oficiales, auditorías y demás? Hay varias lecciones de graves fallos que mostró la crisis -el estado real de las cajas de ahorro gallegas, por ejemplo-, que no se han corregido absolutamente nada: esperan a la siguiente para volver a visualizarse y castigar al pequeño ahorrador. ¿Puede fiarse el pequeño accionista/inversor de la información que le llega, supuestamente después de los filtros de comisiones y organismos oficiales?
