Opinión

Mirar a lo que parece un espejo

LAS ELECCIONES del próximo 7 de mayo en el Reino Unido pudieran deber observarse con atención desde nuestro escenario político. Lo que fue el símbolo de la estabilidad política con el bipartidismo parece encontrarse, según los analistas, en un auténtico proceso de transformación que, en algunos ingredientes y en otros evidentemente no, recuerda lo que en España se califica ahora como el final del mapa que marcó estas casi cuatro décadas de libertades que siguieron a la muerte de Franco. El nivel de apoyo a los partidos históricos, conservadores y laboristas, abre serios interrogantes sobre el mapa parlamentario que seguirá al 7 de mayo en el Reino Unido. La relación o pertenencia no tiene entre nosotros el protagonismo que marca la política del Reino Unido (UKIP). Tómese como referencia, por el cambio que pueda representar, la fragmentación del sistema de partidos. La irrupción de nuevas fuerzas pueden marcar los resultados y un cambio en el tradicional mapa electoral de alternancia en el poder entre conservadores y laboristas. Y está igualmente el fenómeno de la política territorial, en Escocia o Gales. Los sondeos presentan al nacionalismo escocés, con el SNP, en ascenso. Tras el referéndum del pasado 18 de septiembre, en el que 1,5 millones de ciudadanos votaron no seguir integrados en el Reino Unido, el nacionalismo aparece en ascenso y como primera fuerza en Escocia. La situación prelectoral del Reino Unido, en lo que apunta a un cambio sobre los resultados electorales tradicionales, es asunto que se detecta igualmente en otros países, como España. La transformación que se vislumbra en la política británica, tenga o no algo de adelanto y ejemplo para lo que pueda suceder en otros países, convoca la atención.

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