TODO APUNTA a que la economía gallega cerrará este ejercicio 2016 con un comportamiento mejor del que se estimó: puede crecer hasta el 2,8%, por encima del 2,5% de la previsión. El presidente de la Xunta formuló este pronóstico de mejora ante los empresarios de la APD, a la vista de la recaudación fiscal hasta abril, las exportaciones y los datos de empleo. Un crecimiento del empleo que rebaje este año el paro al 17,3% no es la solución que resuelva el problema, pero es una mejora en un camino que hay que hacer firme.
Productos y concesiones
Las concesiones de restauración en Galicia en servicios públicos, como las áreas en autovía y autopista, ignoran la existencia de productos gallegos. No es cuestión de política nacionalista. Es un auténtico desprecio por parte de esas concesionarias a los productos, al trabajo y a la economía del entorno en el que se establecen. Deberían verlo así los consumidores con la expresión de malestar y protesta. Es una demanda de respeto para los puestos de trabajo y para quien genera riqueza en Galicia. No debería ser tolerable que la cafetería, el restaurante o la máquina expendedora de un área de servicio o un aeropuerto en Galicia no tenga, por ejemplo, agua mineral o cerveza envasada en Galicia. No se dice que excluyan otras marcas, se sostiene que han de figurar al menos las gallegas. Un mínimo respeto al consumidor, y voluntad de este de ser respetado, exige que figure un vino blanco gallego en la oferta y no solo catalán o de La Rioja. Debería figurar en los pliegos de condiciones que esas concesiones habrán de ofrecer en su carta y en sus servicios productos del entorno. Deberíamos, por respeto a los puestos de trabajo, exigirlo como consumidores. Hay una responsabilidad de todos. Lo que sucede es una vergüenza. Las autopistas de Europa ofrecen en sus áreas de servicio "los productos de la región", incluida la gastronomía en el restaurante.
