Opinión

Más señales, más complicaciones

Un nuevo caso en Lugo de un conductor octogenario que circula en sentido contrario en un tramo de dirección única trae un tema pendiente con doble vertiente: la señalética, que no debe ser el problema y sí la utilización que se hace de las señales y el rigor técnico en la renovación de los permisos de conducir. No parece que mejore el impacto de la información para el conductor la multiplicación de señales verticales de prohibición, cuya siembra se ha multiplicado con olvido absoluto de una combinación con las horizontales, en los accesos de sentido único tras varios casos como el de ayer en Lugo. Habría que estudiar incluso si la multiplicación de esas señales verticales, y su ubicación, sobre un mismo punto no contribuye con demasiada frecuencia a más confusión o duda que a la información indubitable para el conductor, con independencia de la edad. Y la revisión para la renovación de los permisos de conducir ha de garantizar que las capacidades de todo tipo son reales.

Estiba

El Gobierno perdió de forma sonora en el Congreso la convalidación del decreto-ley sobre el régimen laboral de los estibadores. Es todo un aviso político. Diálogo y negociación es una práctica y no una declaración. La oposición jugaba un partido diferente al de la estiba. Ahí tiene razón el ministro de Fomento cuando habla de frivolidad política en ese rechazo. Pero la oposición tiene toda la razón cuando cuestiona y critica que el Gobierno no se ocupase del tema cuando tenía mayoría absoluta y llegue ahora con prisas. El régimen actual de la estiba no es defendible, por mucho que se recurra a ropajes de derechos de los trabajadores. Es una situación de privilegio indefendible. Un lío, y amenaza de multa, con paternidades compartidas.

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