LA ENTRADA en servicio de los tramos del Ave entre Ourense y Madrid, como los cien kilómetros entre Zamora y Pedralba de la Pedrería, reduce los tiempos de viaje a Madrid para cualquier ciudad gallega. También para Lugo, claro. Hablemos del Ave a Galicia, sin visiones de localismos. Eso no significa que, como dice el delegado del Gobierno, se haya "roto" con el "abandono" al que estaba sometido Lugo para convertirla "en una provincia pujante", capaz de competir "de tú a tú con otras provincias del noroeste de España". Algo más que triunfal, incluso para antevísperas de elecciones, estuvo el señor delegado en la rueda de prensa que ofreció en Lugo. Véndase, con lógica, que el avance de las obras del Ave entre Ourense y Zamora beneficia a toda Galicia. Hágase pedagogía de que el Ave es a Galicia. No mezclemos todo. La entrada en servicio de nuevos tramos del Ave entre Ourense y Madrid no significa que haya actuación extraordinaria que rompa el abandono tradicional que sufre el tren en Lugo. Quizás don Javier Losada ofreció en Lugo una lección de márketing político con la vista en mayo.
Decepción
La entrega de despachos a las nuevas promociones de jueces y fiscales se celebró siempre en Barcelona, sede de la Escuela Judicial. Este año por vez primera se trasladó a Madrid. La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña expresó "su profunda decepción". Las circunstancias en Barcelona no son de "normalidad". Pero las instituciones del Estado no deberían practicar la huida de Cataluña -esta decisión del Poder Judicial podría ser interpretada así- por el riesgo de protestas y problemas de orden público. Así no se visualizará el «encaje» de Cataluña en España, que proponen algunos frente a los extremos de secesionismo y recentralización.
