Opinión

A Mariña fue múltiples fiestas

FIESTA INDIANA en Ribadeo, renacentista en Viveiro y castrexa en Burela, por seguir el tiempo histórico hacia atrás, marcaron un mismo fin de semana veraniego en tres de los principales núcleos de población de A Mariña. Las crónicas hablan de éxito de concurrencia, al que sin duda contribuyó el buen clima estival. No hay duda de que es una forma de mover el turismo, de atraer visitantes y de generar actividad económica. Si se puede cuestionar como competencia la oportunidad de la coincidencia en un mismo fin de semana de tres llamadas desde tres localidades mariñanas, también se puede ver, y se podría entender a futuro, como un reforzamiento de la llamada para un escenario festivo único, el de A Mariña, con escenografías diferentes: desde Ribadeo a Viveiro, pasando por Burela. La ocasión obliga a recordar la necesidad de conservar y como dicen los políticos poner en valor el legado arquitectónico y urbano que dejaron los indianos en toda la costa. Es un atractivo, además de ser expresión histórico social de este país, de una concepción de la vida y de buen gusto.

Cumbre
Fernando Jáuregui, experimentado observador de la política española y de criterio independiente, califica así, como cumbre, el encuentro en La Moncloa entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat. Torra va a Madrid a "negociar" lo que sabe que no le pueden dar, pero no renuncia. Las referencias al encuentro entre Tarradellas y Suárez ninguna relación guardan con este. Ni el contexto político general, ni el catalán, ni los objetivos que buscaban uno y otro, ni la talla política de Quim Torra se asemeja ni se aproxima en nada a la de Josep Tarradellas. De aquel encuentro salieron tres décadas de catalanismo en la política española. Todo voló a partir de 2012.

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